«No sólo de pan vive el hombre» es una aseveración clara porque establece en forma indudable las necesidades de motivación del hombre.
Un empleado que recibe un salario razonable, un deseo que nadie negará que tiene, generalmente se presenta a trabajar en el trabajo.
Cuanto haga en el trabajo depende mucho de cómo éste proporcione satisfacción a todo el patrónde sus necesidades.
Su productividad está influida por sus deseos personal es, tales como la aprobación de aquellos a quienes respeta en su propia versión del éxito. Se necesita más que dinero para motivarlo.
Un patrón de necesidades principia con las fisiológicas básicas de alimentos, agua, abrigo, ejercicio, estimulación y otros factores de bienestar.
Deseos menos tangibles, conocidos usualmente como necesidades psicológicas, están sobrepuestos a este patrón básico. Un hombre puede desear prestigio y no necesitarlo realmente en un sentido fisiológico; pero si lo desea, entonces lo necesita psicológicamente hasta el punto exacto en que lo desea.
El hombre no siempre desea aquello que lo beneficiará. Sus deseos pueden parecer completamente irracionales a un observador imparcial, pero lo que desea es lo que él cree que necesita. Y trabajará para satisfacer estos deseos.
Los deseos personales son específicos. No es simplemente el reconocimiento de qué se desea, es un cierto tipo de reconocimiento proveniente de ciertas personas.
Las promociones, la atención, el estatus, la libertad y la seguridad son todas amplias categorías dentro de las cuales tienen cabida las necesidades especiales de cada individuo.
Los deseos son fuerzas positivas, fuerzas que empujan al hombre hacia el éxito. El hombre hace algo debido a que cree que al hacerlo le dará lo que él desea.
La atención a estas creencias abre el camino para formar la intensidad do los deseos en los trabajadores. Los trabajos deben disertarse para ofrecer lo que se desea y los trabajadores deben estar conscientes de lo que se ofrece.
Fuente: Apuntes de Introducción de Sistemas de Producción de la Unideg