El hombre es empleado en un sistema de producción por el trabajo que ejecuta. Este trabajo es físico, mental, o una combinación de ambos. Requiere esfuerzo; debe haber razones para que el hombre haga este esfuerzo.
Su comportamiento en cualquier situación, trabajo o juego, es el resultado de un complejo patrón de relaciones causa y efecto. Es una tentación tomar la primera causa aparente, casi siempre los salarlos, y proclamar que su efecto es el trabajo.
La extensión de esta fórmula causa-efecto es que entre más se pague, se obtendrá más trabajo Aunque existe algún mérito en la ecuación «la percepción es igual al trabajo», ésta es incompleta El problema es encontrar qué otros elementos deben incluirse en le fórmula de motivación.
Durante la Primera Guerra Mundial la filosofía prevaleciente era que las personas trabajaban exclusivamente pera proporcionarse alimentos y abrigo. La manera de obtener más de ellos era la amenaza con una voz fuerte y dictatorial, apoyada por el poder de despedirlos.
A partir de los años de la década de 1930 hasta la mayor parte de la década de 1950, la creencia cambió a las opiniones de que las personas trabajaban por «lealtad» para con una organización; por tanto, la forma de aumentar la productividad ere organizar equipos de pelota, publicar órganos informativos, proporcionar música suave y hacer hincapié en las prestaciones marginales.
En la actualidad se sigue investigando. El dinero retiene su influencia como un factor de motivación hasta un cierto nivel. Más allá de ese punto, el dinero y las prestaciones marginales no conducen automáticamente a una mayor productividad.
Incluso el poder para despedir es una amenaza y fuerza de motivación decreciente debido a una mayor movilidad del trabajador y a la carencia de gente técnicamente preparada. Quizá las motivaciones que a la larga hacen mejores trabajadores son psicológicas los sentidos de responsabilidad y satisfacción.
Una opinión generalizada sobre la motivación admite que el hombre tiene muchas necesidades que afectan su comportamiento. Cada individuo tiene su propio patrón.
Una perspectiva semejante aplicada a las condiciones de trabajo reconoce que diferentes situaciones aumentan o disminuyen el esfuerzo requerido para satisfacer las necesidades.
Entonces, la diferencia entre la fuerza del deseo del individuo y la resistencia al esfuerzo resultantes de un trabajo determinado, proporciona una medida de la motivación efectiva para la ejecución que el trabajador tiene en ese trabajo.
Aunque estas divisiones carecen de escalas cuantitativas, proporcionan un punto de referencia cualitativo a partir del cual se pueden observar la interacción del hombre y el medio ambiente de su trabajo como una función de la motivación.
Fuente: Apuntes de Introducción de Sistemas de Producción de la Unideg