Los sistemas pueden clasificarse en dos grandes categorías:
– Los de origen natural (sistema solar, sistema nervioso) y
– Los de origen humano.
También es posible, considerando la composición de los sistemas, hacer una distinción entre los sistemas flexibles y los sistemas rígidos.
En un sistema flexible, la concepción y la estructura deben estar adaptadas a las modificaciones del medio ambiente. La mayor parte de los sistemas humanos son de tipo flexible: sistemas sociales, económicos, políticos, culturales.
Por otro lado, existen sistemas rígidos cuya concepción y estructura varían muy poco: sistema de carreteras, sistema solar, sistema biológico del hombre, etc.
La evolución tecnológica y la introducción de la computadora en las actividades de la empresa nos llevan finalmente a caracterizar los sistemas según su grado de automatización.
Por una parte se tienen los sistemas manuales, y por otra se tienen los sistemas automáticos, en los cuales la intervención del hombre puede reducirse a actividades de vigilancia.
Fuente: Apuntes de Introducción de Sistemas de Producción de la Unideg