La consecuencia de las corrientes que se acaban de identificar es que la calidad se convirtió en un-á- prioridad fundamental para la mayoría de las organizaciones.
Esta realidad se ha desarrollado a través de muchas condiciones cambiantes que incluyen:
1. Competencia. En el pasado, una calidad mayor significaba por lo general la necesidad de pagar un precio más alto. Hoy, los clientes pueden obtener alta calidad y precios bajos al mismo tiempo.
Entonces, no es suficiente tener una «buena imagen de calidad». Si los costos internos para lograr esa imagen (inspección de muestras retrabajo, desperdicio) son altos, una compañía perderá ventas por sus precios más altos, necesarios para cubrir estos costos de baja calidad.
2. Clientes que cambian. Algunas empresas intentan entrar a los mercados industriales o del consumidor por primera vez.
Por ejemplo, un pequeño fabricante de tractores agrícolas para el campesino independiente produce ahora monoblocks para un fabricante importante de automóviles.
Este cliente industrial no sólo pide prioridad en términos del volumen sino que exige más sobre el «sistema de calidad».
3. Mezcla de productos que cambia. Por ejemplo, un fabricante de computadoras ha cambiado de una mezcla de volumen principal bajo con un precio alto a una mezcla que incluye un volumen alto y un precio bajo.
Estas nuevas líneas de productos dan como resultado la necesidad de reducir los costos internos de baja calidad.
4. Complejidad del producto. Conforme los sistemas se vuelven más complejos, los requerimientos de confiabilidad para los proveedores de componentes son más rigurosos.
5. Niveles más altos en las expectativas de los clientes. Las mayores expectativas. combinadas con la competencia. toman muchas formas.
Un ejemplo es la menor variabilidad alrededor de un valor meta sobre la característica de un producto aun cuando el producto completo cumpla con los límites especificados.
Otra forma de expectativas más altas es una mejor calidad en el servicio antes y después de la venta.
Las condiciones de los negocios en años pasados se apoyaban en enfoques más sencillos de calidad, por ejemplo, la inspección del producto para controlar la calidad y la incorporación de los costos internos de la baja calidad en el precio de venta.
Para ser justo con el pasado se dirá que esos enfoques dieron resultados admirables para muchas compañías en aquellas condiciones.
Pero, ¿funcionarán en las condiciones actuales? No. Las condiciones siempre cambiantes del comercio actual requiere nuevos enfoques sí las empresas quieren sobrevivir en los mercados competitivos del mundo.
Antes de aprender estos nuevos enfoques es necesario definir algunos términos.
Fuente: Apuntes de Introducción de Sistemas de Producción de la Unideg