Son la miel, la mermelada, los jarabes y los productos de repostería; estos últimos se caracterizan por la inclusión de un carbohidrato dulce cuyo objeto es el conseguir productos que van de los dulces hervidos y las delicias turcas a los bizcochos. Las frutas y verduras, como plátanos y patatas, y los cereales y legumbres, son fuentes fundamentales de almidón. Las frutas en almíbar contienen jarabes de glucosa o de glucosa-fructosa, aunque en Inglaterra dichos jarabes deben contener al menos un 75% de sacarosa. Las tartas de frutas contienen fruta, azúcar y frecuentemente almidones modificados químicamente.
El contenido de azúcar invertido en la pasta y el puré de tomate oscila entre el 50 y el 65% del extracto seco y en el ketchup entre el 10 y el 25%. Otras fuentes de carbohidratos, en particular por la sacarosa añadida, incluyen los zumos de cítricos y de grosella negra, los zumos y licores espirituosos y las bebidas preparadas a partir de cítricos enteros en vez de a partir de su zumo. Otras fuentes minoritarias de carbohidratos son el mazapán, con más del 75% de carbohidrato sólido, que generalmente es azúcar invertido, los jarabes de glucosa, los encurtidos, las salsas y los frutos secos.
Los polisacáridos se designan con nombres comunes tradicionales, aunque los términos glucano, manano o galactano se incluyen en las recomendaciones dadas por la IUPAC-IUB (1982a, véase Referencias del Capítulo 1) que aconsejan que el nombre informe acerca de la estructura química del compuesto. Los homoglicanos dan por hidrólisis un único tipo de monosacárido mientras que los heteroglicanos dan varios distintos.