Introducción
México Independiente es el nombre con el que se conoce a la etapa de la historia de México que se desarrolló entre la Consumación de la Independencia de México en 1821 hasta 1854. Tan pronto surgió México a la vida independiente, la administración pública en manos de mexicanos fue incapaz de hacer frente a las tentativas europeas y angloamericanas que buscaron imponer sus condiciones y hasta dominar el naciente país.
Situación política
El 17 de noviembre de 1821 el gobierno provisional de la república expidió un decreto en el que convocaba a elecciones de diputados para el Congreso, que comenzó sus sesiones el 24 de febrero de 1822. Se llegó al acuerdo de establecer la religión católica como oficial y única tolerada, de dividir el gobierno en tres poderes; sin embargo, los diputados se dividían en republicanos y monárquicos, y entre los últimos existían facciones: iturbidistas, partidarios de Agustín de Iturbide, y borbonistas, deseosos de ser gobernados por un príncipe español.
El 18 de mayo el sargento Pío Marcha encabezó una rebelión cuyo fin era llevar a Iturbide a la corona imperial, el Congreso, presionado, decidió aceptar la propuesta y coronó a Iturbide como Agustín I el 21 de julio.
Sin embargo, el poder legislativo ya tenía serios con el emperador, quien mandó disolverlo el 31 de octubre. Iturbide era ahora monarca absoluto, lo que aunado a la pésima situación socioeconómica del país le ganó serios enemigos, como los insurgentes.
El 1 de febrero de 1823 Antonio López de Santa Anna lanzó el Plan de Casa Mata que desconocía a Iturbide. Las tropas imperiales del general José Antonio de Echávarri, aunque eran superiores a los rebeldes, decidieron pactar. Iturbide abdicó el 19 de marzo de 1823 y se exilió, aunque volvió un año más tarde y el Congreso lo sentenció a morir fusilado.
Un nuevo gobierno encabezado por Pedro Celestino Negrete, Guadalupe Victoria y Nicolás Bravo se encargó de lanzar la convocatoria al Congreso Constituyente, cuyos trabajos iniciaron el 7 de noviembre con 99 diputados. El federalismo y el centralismo eran las posturas políticas, defendidas por Miguel Ramos Arizpe y Lucas Alamán, respectivamente. La Constitución del 4 de octubre de 1824 consagraba el federalismo, división de poderes, religión católica, fueros clericales y militares y garantías individuales.
México, sin embargo, no estaba preparado para la repentina democracia. Se inició el conflicto entre los centralistas (grupo conservador formado por líderes religiosos, terratenientes, criollos y oficiales del ejército, decididos a mantener una forma de gobierno centralizada) y los partidarios de un gobierno federal (facción liberal y anticlerical que apoyaba el establecimiento de estados soberanos unidos en una federación, además del apoyo social a los indígenas y a otros grupos oprimidos).
Vicente Guerrero, líder liberal, llegó a ser presidente en 1829, pero fue asesinado en 1831 por las fuerzas dirigidas por el líder político y militar Anastasio Bustamante.
Hasta 1833, año en que López de Santa Anna fue elegido presidente, se sucedieron las rebeliones en el país.
Sin embargo, poco después de su llegada al poder, su política centralista involucró a la nueva república en una guerra.
Guerra con Estados Unidos
Los habitantes de Texas, entonces bajo la ley mexicana, no estaban conformes con el decreto gubernamental (1829) que abolía la esclavitud, y el plan de Santa Anna para centralizar el gobierno incrementó el descontento.
Texas se rebeló en 1836 y declaró su independencia después de que Santa Anna fuera derrotado de manera decisiva por el líder texano Samuel Houston el 21 de abril de 1836 en San Jacinto.
Como resultado de la disputa sobre el límite occidental de Texas entre ciudadanos estadounidenses y mexicanos, y de la intención de los primeros de apoderarse de California, Estados Unidos declaró la guerra a México en mayo de 1846.
Las tropas estadounidenses ocuparon el norte de México y un año después cayeron sobre la capital. El 2 de febrero de 1848, bajo los términos del tratado de Guadalupe Hidalgo, el río Bravo o Grande del Norte se fijó como límite de Texas.
Tratado de Guadalupe
Estados Unidos se apoderó además del territorio que actualmente forman los estados de Arizona, California, Colorado, Nuevo México, Nevada, Utah y parte de Wyoming. Unos años después, el Tratado de la Mesilla de 1853 definió el límite de Nuevo México y añadió una franja más de territorio a Estados Unidos.
Economía y población
Después de la guerra, México se enfrentó a un fuerte problema de reconstrucción, las finanzas estaban devastadas y el prestigio del gobierno, ya débil, había disminuido considerablemente.
Santa Anna, obligado a renunciar, regresó del exilio en 1853 y, con el apoyo de los centralistas, se autoproclamó dictador. A principios de 1854 se inició una rebelión liberal y, después de más de un año de intensos enfrentamientos, Santa Anna huyó de México.
La revolución fue el primer acontecimiento de una larga y cruel lucha entre las clases poderosas, que tradicionalmente habían dominado México, y demócratas liberales, que demandaban tener voz en el gobierno.