Introducción
El Segundo Imperio Mexicano es el nombre del estado gobernado por Maximiliano de Habsburgo como Emperador de México, formado a partir de la segunda intervención francesa en México entre 1863 y 1867. La resurrección del segundo imperio fue apoyada por los conservadores mexicanos y la Iglesia católica con el ejército francés, y los voluntarios de los ejércitos austriaco y belga.
El gobierno imperial, sin embargo, dependía de las tropas europeas para defenderse de los rebeldes republicanos, apoyados por Estados Unidos, con Benito Juárez y los liberales mexicanos que fueron perseguidos por todo el país.
Juarismo
El gran líder que surgió entre los liberales fue un indígena, Benito Juárez, que llegó a ser famoso por su integridad y firme lealtad a la democracia. Durante los siguientes 25 años Juárez fue la figura central de los políticos mexicanos. El gobierno federal, la libertad de expresión y otras libertades civiles tomaron cuerpo en la Constitución de 1857, a la que los grupos conservadores se opusieron encarnizadamente.
Estos últimos estaban apoyados por España, y en 1858 la guerra de Reforma o guerra de los Tres Años, entre grupos conservadores y liberales, devastó a México.
El gobierno de Juárez era apoyado por Estados Unidos y, en 1860, los ejércitos juaristas habían triunfado. Entre tanto, como presidente provisional entre 1858 y 1861, Juárez había emitido las Leyes de Reforma (1859) que decretaban la nacionalización de los bienes de la Iglesia, la ley del matrimonio civil, la separación de la Iglesia del Estado, la ley del registro civil, secularización de cementerios y hospitales, y la libertad religiosa.
Elegido presidente en 1861, Juárez comenzó a poner orden. Una de sus primeras acciones fue la suspensión del pago de intereses a la deuda extranjera adquirida por gobiernos precedentes. Molestos con su decreto, Francia, Gran Bretaña y España decidieron intervenir conjuntamente para la protección de sus inversiones en México.
El primero en actuar fue Napoleón III de Francia. Una expedición conjunta ocupó Veracruz en 1861, pero cuando las ambiciones colonizadoras de Napoleón se hicieron evidentes, los británicos y españoles se retiraron en el año de 1862. Durante un año las tropas francesas libraron camino a través de México y finalmente entraron en la capital en junio de 1863.
El imperio de Maximiliano
Juárez y su gabinete huyeron, mientras que un gobierno conservador provisional, apoyado por sectores monárquicos del país, proclamó el Imperio mexicano y ofreció la corona, a instancias de Napoleón, a Maximiliano I, archiduque de Austria.
De 1864 a 1867 Maximiliano I y su esposa Carlota gobernaron el Imperio, pero en 1865, bajo presión de Estados Unidos, que seguía reconociendo a Juárez, Francia retiró sus tropas. Las fuerzas de Juárez recobraron el país después de que los franceses se retiraran en 1867, y las tropas republicanas, bajo el mando del Porfirio Díaz, ocuparon la ciudad de México. Maximiliano I, sitiado en Querétaro, fue obligado a rendirse y, después de un consejo de guerra, fue fusilado.
El regreso de Juárez al poder
Nuevamente Juárez intentó restablecer el orden, pero se encontró con numerosos sectores que se oponían a su gobierno. En 1871, después de una dudosa elección, el Congreso reeligió como presidente a Juárez. Porfirio Díaz, uno de los candidatos que había sido derrotado, encabezó una insurrección sin éxito.
Juárez murió en 1872 y fue sucedido por Sebastián Lerdo de Tejada, presidente de la Suprema Corte. En 1876, cuando Lerdo de Tejada vislumbraba la reelección, Díaz encabezó otra rebelión. En esta ocasión tuvo éxito y fue elegido presidente.