Introducción
Hablar de la forma en el campo de la arquitectura, implica hablar de diversos significados; sin embargo, en esta investigación se reflexiona sobre su sentido. Esta implica algo más que la apariencia del objeto arquitectónico; ya que, expresa un contenido dado que la organiza y detona. Entonces se reconoce en una paridad con la sustancia que la conforma.
La materia arquitectónica dicta a la forma y por lo mismo, determina su expresión. Esta concepción nos obliga a indagar en los elementos que la constituyen, sugiriendo un campo fértil para el territorio del diseño; dichos contenidos son materia de expresión, como fruto de una opción teórica. Esta materialidad arquitectónica, no sólo se identifica como cualidades o atributos del objeto, sino también como elementos conceptuales que sirven para identificar y explicar el objeto; es a través de estos medios como se puede actuar directamente sobre el proceso y transcurso del hecho arquitectónico.
En cualquier estructura espacial puede aparecer este conjunto de sustancias, válidas por su aspecto de unidad, como el resultado de un acto de integración libre, en una asociación de elementos dotados de un lenguaje y pertenecientes a un principio ideológico. Al llegar a este punto lo que nos interesa es establecer la serie de contenidos que dan identidad al objeto arquitectónico. Por ello, se plantea que la forma de la expresión arquitectónica expresa todo lo que la articula y le da sentido.
El concepto de forma
El término “forma”, tiene diversas acepciones: La esencia necesaria o sustancia de las cosas, que tiene materia. Para Aristóteles la forma reclama a la sustancia, y reconoce que es la causa o razón, ser de la cosa, aquello por lo cual una cosa existe; ésta es el acto material de la cosa, el principio y el fin de su devenir. Para Bergson, es una instantánea tomada sobre una transición; es decir, una especie de imagen medida, ésta imagen se toma como la esencia de la cosa, es la cosa misma, se le confunde con la cosa en sí.
Hegel, menciona que la forma como totalidad de las determinaciones, es su manifestación como fenómeno, en este sentido es la manera de manifestarse y organizarse de la materia o sustancia de una cosa; en cuanto la forma coincide con la materia, ésta dicta a la materia que se da a conocer.
Para Kant, la materia del concepto es el objeto, el significado de la forma se reconoce como la relación y organización de las partes; Dewey señala que: “Sólo cuando las partes constituyentes del todo tienen el único fin de contribuir a consumar una experiencia conciente, el designio y el modelo pierden su carácter superpuesto y se convierten en forma”.
La forma no es una apariencia, estas nociones dictan que la forma se refiere a la manera de una organización determinada, que describe una relación, hay una exigencia de organización en la que se concierne a la sustancia o contenido que se manifiesta y da pie a la forma.
El concepto de forma en el taller
En el trabajo de taller, incorporamos temas planteados por la comunidad, porque consideramos que incorporar al usuario real, en un contexto real, plantea, en el proceso enseñanza – aprendizaje, la posibilidad de que el alumno represente su papel como futuro profesional, a la vez que se intenta realizar una síntesis conceptual y práctica entre lo puramente morfológico y lo que aquí llamamos Concepto de Forma en Arquitectura, tratando de que esto se internalice en ellos y que se aplique en los trabajos realizados en los Talleres de Arquitectura.
La idea de que al hacer arquitectura hacemos ciudad es una nuestras inquietudes trabajadas en la materia, para ello hacemos hincapié en que concebir una propuesta arquitectónica – urbana requiere tener un concepto claro de lo que debería ser una orquestación armónica de lugares significativos y caminos no solamente con un criterio funcionalista, sino con la programación de imágenes que convoquen al uso, al deleite y la producción de emociones que enriquezcan la vida urbana.
Hablamos de un “Sistema de lugares”, de una buena estructuración del espacio urbano que requiere de una integración sistémica tal como se plantea en una casa donde a cada espacio se le da una afectación de significados, aproximándonos al concepto de lugar y de interrelación de lugares.
La finalidad del contenido arquitectónico
Lo que nos hace conocer los objetos exteriores es nuestro estado conciente de lo que él es. Conocer un objeto en el fondo, es tener conciencia de su naturaleza, de su forma, de su modo y orden, en la forma se identifica a la materia con la que se trabaja, sus contenidos, su sustancia.
En la expresión arquitectónica esto es lo que se revela, es su forma de existencia, esto trata de revelar una expresión donde existen contenidos comunes, incluidos en la misma expresión.
Los caracteres expresivos de la obra se dan en el manejo de dichos contenidos proporcionados en la forma, éstos determinan la materia de la expresión y la fisonomía del objeto que los expresa; en él se distinguen como un conjunto organizado.