Sentido del olfato

Introducción

El olfato es uno uno de los cinco sentidos, con el cual se perciben los olores. La nariz, equipada con nervios olfatorios, es el principal órgano del olfato. Los nervios olfatorios son también importantes para diferenciar el gusto de las sustancias que se encuentran dentro de la boca. Es decir, muchas sensaciones que se perciben como sensaciones gustativas, tienen su origen, en realidad, en el sentido del olfato.

La nariz

La nariz se divide en dos compartimientos separados por el tabique nasal, los cuales tienen dos orificios de salida denominados narinas. Por el otro lado, la nariz termina en unas aberturas que comunican con la faringe.

En las paredes laterales de las fosas nasales se encuentran unos huesos esponjosos llamados cornetes. Debajo de cada cornete existen unos espacios denominados meatos, que son los que comunican la nariz con los senos paranasales.

¿Cómo funciona el sentido del olfato?

Los olores son unas partículas pequeñísimas, las cuales se desprenden de las sustancias y se introducen en las fosas nasales hasta llegar a las terminaciones del nervio olfatorio.
El órgano receptor de los olores es la nariz, que está compuesta por dos cavidades llamadas fosas nasales y separadas entre sí por un tabique nasal. En el interior de las fosas nasales se encuentra una mucosa denominada membrana pituitaria, donde están las células olfatorias.
De este modo, los olores penetran en las fosas nasales y estimulan la membrana y el bulbo olfatorio.
El olfato influye en la sensación gustativa, pues mediante los órganos gustativos la lengua puede percibir los sabores básicos; los demás matices los registra el olfato.

El sentido del olfato y el sistema límbico

El bulbo olfatorio es una de las estructuras del sistema límbico y es una parte muy antigua del cerebro. Como se mencionó anteriormente en la descripción del proceso olfativo, la información capturada por el sentido del olfato pasa del bulbo olfatorio a otras estructuras del sistema límbico.

El sistema límbico es una red de estructuras conectadas entre sí que se encuentra cerca de la parte media del cerebro y está conectada con el sistema nervioso central. Estas estructuras “trabajan en conjunto para tener efecto en un amplio rango de comportamientos que incluyen las emociones, la motivación y la memoria.” (Athabasca University, Tutoriales Avanzados de Psicología y Biología). Este sistema maneja las respuestas instintivas o automáticas y tiene muy poco, o posiblemente nada, que ver con los pensamientos conscientes o la voluntad.
El sistema límbico también está relacionado con la interpretación de los datos sensoriales obtenidos de la neocorteza (la parte del cerebro donde se elabora el pensamiento) para convertirla en las motivaciones del comportamiento.

El sistema límbico tiene una función central que es la mediación entre el reconocimiento de un evento por una persona, su percepción como una situación que provoca ansiedad y la reacción fisiológica que resulta de la misma, todo mediado a través del sistema endocrino: Los estímulos son procesados conceptualmente en la corteza y pasan al sistema límbico donde son evaluados y se elabora una respuesta motivada.