Conferencia, partes y tipos

Introducción

La conferencia es una conversación o entrevista entre varias personas para tratar importantes asuntos, políticos, científicos, literarios, etc, o de interés para una comunidad. A veces lección de un profesor o cátedra. Es además una exposición analítica y argumentada de un tema, realizado por una sola persona y ante un público considerable. La conferencia puede ser presentada en forma escrita, pero siempre deberá ser expuesta oralmente ante el auditorio

La finalidad de la conferencia es exponer, analizar y argumentar una tesis con propósito de persuadir a los oyentes de la veracidad de lo expuesto.

Tipos de conferencia

Se permitirá que el auditorio interrumpa en cualquier momento, ya sea para hacer preguntas u ofrecer comentarios cuando lo deseen los oyentes, porque al final no habrá sesión de preguntas y respuesta.
Sírvanse anotar sus preguntas en una libreta, porque el orador invitará al auditorio a hacer preguntas y ofrecer comentarios al final de cada punto principal.
Sírvanse acercarnos sus preguntas o comentarios en una hojita de papel, porque el orador seleccionará las más relevantes y se concentrará en estas por 5 (10 ó 15 minutos) al final de su discurso.

Esto es para que recuerden sus preguntas y, llegado el momento, las expresen a viva voz desde sus asientos
O para que el encargado recabe las preguntas y les sean alcanzadas por el presidente al orador por escrito.

Partes de una conferencia

Sesiones plenarias:

Inauguración
Específica
Clausura (presentación de conclusiones y propuestas)

Sesiones paralelas y mesas redondas:

Coordinadas por expertos en cada uno de los ámbitos planteados.

El palabrero

Es un discurstante que rellena prácticamente todos los espacios con palabras. Rara vez hace pausas de reflexión. Sus presentaciones están saturadas de explicaciones y argumentos convincentes, pero carecen casi por completo del calor de amistad y tono conversacional típicos de un diálogo. Hablan al auditorio en vez de con el auditorio. Su actitud suele dar la impresión de satisfacer una necesidad personal de hablar, no de compartir o intercambiar. Es un mensaje unidireccional (“yo hablo, tú escuchas”), no una conferencia.

Ahora bien, es cierto que no es posible conversar con mil personas, pero a menos que realmente se trate de un anuncio que el orador esté obligado a comunicar unidireccionalmente, porque, en tal caso, el auditorio debe limitarse a escuchar instrucciones procedentes del organizador o de una entidad o autoridad superior, la empatía le exigiría usar un tono conversacional, dar lugar al sentimiento de intercambio.

Dicho de otro modo, por lo general, los discursantes suelen caer en el prurito de la verborrea, mientras que los conferenciantes tienden a ser conversadores. Eso significa que los discursantes no suelen cultivar las pausas de un modo racional, mientras que, por lo contrario, los conferenciantes hábiles acostumbran insertar una extraordinaria variedad de pausas.