Introducción
En el inicio del siglo XXI, la sociedad de hoy se encuentra en una nueva etapa cono consecución del desarrollo industrial del siglo pasado, las exigencias que demanda este nuevo orden mundial, donde el conocimiento y la información son el motor de los avances científicos y tecnológicos, requiere de una base fundamental para la adopción global de dicho orden.
A continuación se explica el desarrollo de la ciencia a partir de una visión postmoderna interdisciplinaria en el contexto actual de la sociedad del conocimiento y el papel de la ciencia y tecnología dentro de este paradigma en el presente siglo.
El papel de la ciencia y la tecnología en el mundo globalizado actual
Dentro del paradigma emergente, la realidad económica social ha determinado la necesidad de reorganizar las ciencias en un mundo cambiante, desigual y cada vez mas unido a la producción capitalista de bienes y servicios en la era de la información.
A partir de la última década del siglo XX y principios del siglo XXI, las sociedades más desarrolladas se enmarcan en lo que se conoce como sociedades posindustriales, para Lucas y García (2002), estas sociedades básicamente se caracterizan por los siguientes factores económicos-sociales:
– En lo económico, han tenido un incremento en la productividad a partir de las transformaciones tecnológicas en una primera instancia, y en una segunda instancia, el impulso de grandes cantidades de capital orientado a la inversión en tecnología hace que el proceso productivo sea hoy en día más complejo y científicamente estructurado, donde la investigación y el desarrollo, sean la base para esta realidad.
Dentro de esta misma noción, se evidencia el afianzamiento de la economía de servicios dejando atrás en importancia, los sectores primarios y secundarios, según el Banco Mundial, citado por estos autores, para el año de 1995, la mano de obra de los países considerados de renta alta, se ubica en el sector servicios con 60% mayor, en comparación con 20% en los países de renta baja donde predomina la mano de obra en el sector primario.
– En el aspecto social, las sociedades posindustriales han ido transformando al trabajo a tareas no manuales, sino comunicacionales y científicas, donde el trabajador es visto como relleno de la automatización tecnológica capaz de retroalimentar las informaciones y datos provenientes de ordenares modernos responsables de la producción industrial.
Del mismo modo, se evidencia la poca importancia del grupo obrero debido a la mayor especialización en la diversificación de tareas más dinámicas y complejas, donde el ideal social, se concentra en la lucha de una mejor posición en el status social, dejando atrás la contradicción fundamental del capitalismo, como los es la lucha de clases y la defensa de los derechos de la clase trabajadora.
La ciencia y tecnología hoy por hoy constituyen el factor más importante para el desarrollo de la sociedad de conocimiento, para inicios del 2003 el Instituto de estadística de la UNESCO, realizó una encuesta a 79 países de América, Europa, Africa y Asia con el objeto de conocer el grado de importancia que le asignan ciertos países a la necesidad de establecer políticas de ciencia y tecnología.
La ciencia en el siglo XXI
Predecir es arriesgado. Generalmente uno se equivoca, y corre el peligro de que alguien se acuerde. Hacia 1960, un periódico publicó una serie de predicciones atribuidas a Arthur C. Clarke, que pueden considerarse una clara aplicación del principio del Progreso Indefinido:
1970 El hombre en la luna
1980 El hombre en los planetas
2000 Colonización de los planetas
2020 Viajes no tripulados a las estrellas
2070 Velocidad próxima a la de la luz
2080 Viajes tripulados a las estrellas
2100 Encuentros con extraterrestres
1970 Traducción automática
1980 Radio individual
2000 Inteligencia artificial
2020 Robots inteligentes
2080 Máquinas superiores al hombre
2100 Cerebro mundial
1970 Baterías potentes
1980 Fusión nuclear
2000 Energía sin hilos
2020 Control de la herencia, Bioingeniería
2080 Máquina universal
2100 Manipulación de estrellas
Muchas de estas predicciones no han sucedido, mientras otras más lejanas se han adelantado. Es obvio que las del siglo XXI van a resultar demasiado optimistas.
La ciencia actual puede haberse metido en estos u otros callejones sin salida, lo que podría poner punto final a sus avances. Dentro de dos mil años, los científicos de otra civilización podrán reírse de nosotros por nuestra incapacidad para aceptar la irreversibilidad del tiempo o el libre albedrío, como algunos se burlan de Platón por creer que “lo semejante busca a su semejante”, o de los matemáticos que trataron de cuadrar el círculo. Puede que estemos ya atascados en otros callejones sin salida que ni siquiera podemos imaginar.
Avances recientes
El rápido desarrollo de los semiconductores para la industria electrónica, que comenzó a principios de la década de 1960, dio el primer gran impulso a la ciencia. Después de descubrir que se podía conseguir que materiales no metálicos como el silicio condujeran la electricidad de un modo imposible en los metales, científicos e ingenieros diseñaron métodos para fabricar miles de minúsculos circuitos integrados en un pequeño chip de silicio.
Esto hizo posible la miniaturización de los componentes de aparatos electrónicos como los ordenadores o computadoras. Si se consigue encontrar nuevos materiales que sean superconductores a temperaturas suficientemente altas, serán posibles nuevas aplicaciones, como trenes de levitación magnética o computadoras ultrarrápidas.
Aunque los últimos avances de la ciencia se han centrado sobre todo en las propiedades eléctricas, las propiedades mecánicas siguen teniendo una gran importancia. En la industria aeronáutica, por ejemplo, los científicos han desarrollado —y los ingenieros han probado— materiales compuestos no metálicos, más ligeros, resistentes y fáciles de fabricar que las aleaciones de aluminio y los demás metales actualmente empleados para los fuselajes de los aviones.
Perspectivas
A lo largo del siglo XX la tecnología se extendió desde Europa y Estados Unidos a otras naciones importantes como Japón y la antigua Unión Soviética, pero en ningún caso lo hizo a todos los países del mundo. Muchos de los países de los denominados en vías de desarrollo no han experimentado nunca el sistema de fábricas ni otras instituciones de la industrialización, y muchos millones de personas sólo disponen de la tecnología más básica.
La introducción de la tecnología occidental ha llevado a menudo a una dependencia demasiado grande de los productos occidentales. Para la población de los países en vías de desarrollo que depende de la agricultura de subsistencia tiene poca relevancia este tipo de tecnologías. En los últimos años, grupos de ayuda occidentales han intentado desarrollar tecnologías apropiadas, usando las técnicas y materiales de los pueblos indígenas.
La tecnología de vacío es muy importante en la investigación científica y tecnológica. Los aceleradores de partículas dependen de vacíos muy altos para proporcionar a las partículas una trayectoria relativamente libre de gases. Para probar equipos aeroespaciales en condiciones que simulen las del espacio se emplean grandes cámaras de vacío, a veces de miles de metros cúbicos, lo que exige una gran velocidad de bombeo para la extracción de gas.
En algunos tipos de análisis químico, en los que el material que se quiere analizar debe hallarse en estado gaseoso o en forma de iones eléctricamente cargados, es necesario un vacío para alcanzar estas condiciones. Algunos de los instrumentos empleados para estos análisis son el espectrómetro de masas, el microscopio electrónico o los analizadores de fusión en vacío y de resonancia magnética nuclear. Constantemente se descubren nuevas aplicaciones de la tecnología de vacío.