Introducción
En medicina, la gammagrafía es una prueba diagnóstica que se basa en la imagen que producen las radiaciones generadas tras la inyección o inhalación en el organismo de sustancias que contienen isótopos radiactivos. La emisión radiactiva es captada por un aparato detector llamado gammacámara el cual procesa los datos recibidos que posteriormente y mediante tratamiento informático servirán para formar una imagen tridimensional.
La captación diferencial de dichas sustancias por las distintas células o tejidos permite distinguir zonas de diferente perfusíón o captación. Las bases del estudio gammagráfico radican en la utilización de radiotrazadores (o radiofármacos) y el posterior registro de la distribución de éstos en el organismo mediante sistemas de detección.
Los radiotrazadores poseen una doble naturaleza; por una parte la molécula posee características que hacen que se distribuya por el organismo de forma específica, pero son los isótopos radiactivos emisores gamma que llevan artificialmente incorporados, los que permiten su detección, y por tanto la puesta en evidencia del resultado de los procesos que hacen que esta sustancia se deposite en distintas localizaciones.
Dado que se inyecta una mínima cantidad de trazador al paciente, las gammagrafías son imágenes de muy baja resolución, por lo que la información anatómica que proporcionan no suele ser muy buena, aunque son excelentes para obtener imágenes de tipo funcional. Se puede, por ejemplo, marcar un tipo de moléculas o células determinadas y mirar cómo se distribuyen por el cuerpo para observar si el funcionamiento del metabolismo es correcto.
Forma en que se realiza el examen
Una gammagrafía ósea implica inyectar un material radiactivo (marcador radiactivo) dentro de una vena. La sustancia viaja a través del torrente sanguíneo hasta los huesos y órganos. A medida que el material se consume, emite radiación, la cual es detectada por una cámara que lentamente rastrea el cuerpo. La cámara toma imágenes de cuánta cantidad de marcador radiactivo se acumula en los huesos.
Si una gammagrafía ósea se lleva a cabo para ver si usted tiene una infección en el hueso, las imágenes se tomarán poco después de la inyección del material radiactivo y de nuevo de 3 a 4 horas después, cuando se ha acumulado en los huesos. Esto se conoce como gammagrafía ósea trifásica.
Para evaluar la enfermedad ósea metastásica, las imágenes se toman únicamente después de 3 a 4 horas de espera.
La parte del rastreo del examen durará aproximadamente una hora. La cámara del escáner se puede mover por encima y a su alrededor, y puede ser necesario que usted cambie de posiciones.
Probablemente se le solicitará beber agua adicional después de recibir el marcador radiactivo para evitar que el material se le acumule en la vejiga.
Preparación para el examen
Usted debe quitarse las joyas o cualquier otro objeto de metal y es posible que le soliciten que se ponga una bata hospitalaria.
Coméntele al médico si usted está o puede estar en embarazo.
No tome ningún medicamento que contenga bismuto, como Pepto-Bismol, durante cuatro días antes del examen.
Razones por las que se realiza el examen
Una gammagrafía ósea se usa para:
Diagnosticar un tumor o cáncer de hueso.
Determinar si un cáncer que empezó en otra parte en su cuerpo se ha propagado a los huesos; los cánceres comunes que se propagan a los huesos abarcan el de mama, pulmón, próstata, tiroides y riñón.
Diagnosticar una fractura, cuando no puede verse en una radiografía regular (en su mayor parte fracturas de cadera, fracturas por sobrecarga en los pies o las piernas o fracturas de la columna vertebral)
Diagnosticar una infección del hueso (osteomielitis)
Diagnosticar o determinar la causa de dolor en el hueso, cuando no se haya identificado ninguna otra causa.
Evaluar trastornos metabólicos, como osteomalacia, osteodistrofia renal, hiperparatiroidismo primario, osteoporosis, síndrome de dolor regional complejo y enfermedad de Paget.
Valores normales
Los resultados del examen se consideran normales si el marcador radiactivo se mueve de manera uniforme a través de todos los huesos en el cuerpo.
Consideraciones
Algunas anomalías que se pueden identificar en la gammagrafía ósea con radionúclidos son:
Artritis y otras enfermedades degenerativas de los huesos
Necrosis avascular
Infecciones óseas (osteomielitis)
Tumores óseos
Displasia fibrosa
Fracturas
Enfermedad de Paget
Cambios de radiación
Raquitismo
Tumores que se han diseminado de otras partes del cuerpo al hueso (enfermedad metastásica)
Es importante entender que los hallazgos de la gammagrafía ósea deben compararse con otros estudios imagenológicos, además de la información clínica. Usted debe discutir el significado de los hallazgos anormales con su médico.