Introducción
La publicidad es un componente de la mercadotecnia porque es uno de los elementos que conforma el mix de promoción (los otros son: venta personal, promoción de ventas, relaciones públicas y el telemercadeo), y cuya importancia y prioridad dependen: 1) de los productos, servicios, ideas u otros que promueven las empresas, organizaciones o personas, 2) del mercado hacia los que van dirigidos y 3) de los objetivos que se pretenden lograr.
En un sentido más específico, la publicidad es una forma de comunicación impersonal de largo alcance porque utiliza medios masivos de comunicación, como la televisión, la radio, los medios impresos, el internet, etc.
¿Qué es la redacción publicitaria?
Aunque la redacción publicitaria se engloba en el ámbito de lo mercantil, también se asemeja a la filosofía de vida oriental. Elimina todo lo accesorio y lo que no hace más que enturbiar, la vida en un caso y el mensaje en la comunicación. Puede ser entendida también como una búsqueda sostenida de nuevos caminos expresivos en los lenguajes de la publicidad, para dar forma a una visión de la realidad del anunciante, sea este público o privado. Anunciante que, para cumplir su misión, difícilmente puede acomodarse a los viejos modelos de los mercados tradicionales.
Para cumplir sus objetivos la redacción publicitaria deberá fundamentarse en los principios de la corrección gramatical, la adaptación al contexto y la eficacia, ampliamente entendida desde la base de la retórica.
Como características importantes y consustanciales a este tipo de redacción especializada con rasgos propios, también es necesario aludir a la simplificación conceptual y léxico semántica, así como al principio de legibilidad.
La redacción publicitaria es pura retórica. Distingue tradicionalmente entre la inventio, que corresponde a la elección de los temas, argumentos y persuasión; la dispositio, a la jerarquización de las partes del discurso y la elocutio, a la organización interna del enunciado.
Retórica
La retórica define las reglas que rigen toda composición o discurso en prosa que se propone influir en la opinión o en los sentimientos de la gente y, en tal sentido, es una forma de la propaganda. Se ocupa, pues, de todos los asuntos relacionados con la belleza o vigor del estilo.
En un sentido más estricto, la retórica se ocupa de los principios fundamentales que tienen que ver con la composición y enunciación del discurso oratorio: inventio (del verbo invenire, encontrar o definir el tema del que se va a hablar); dispositio (disposición de las partes); elocutio (elección de las palabras, ligada con el ornato y las figuras); memoria (memorización) y actio (relacionada con el acto de emisión del discurso, próxima a la representación teatral). Las tres primeras son las fundamentales desde el punto de vista de la obra escrita.
Eslogan
El eslogan o lema publicitario se entiende como frase identificativa en un contexto comercial o político (en el caso de la propaganda), y como expresión repetitiva de una idea o de un propósito publicitario para resumirlo y representarlo en un dicho.
Eslogan Publicitario de LG
Los lemas publicitarios son decisivos en la competencia comercial. Un lema efectivo debería:
Declarar los beneficios principales del producto o marca para el comprador o cliente potencial.
Destacar las diferencias con el de otras firmas, por supuesto, dentro de los requisitos legales.
Ser declaración simple, concisa, tajante, directa y apropiada.
Ser ingenioso, si bien no todos los eslóganes publicitarios tienen por qué.
Adoptar una personalidad “distintiva” respecto al resto.
Hacer que el consumidor se sienta “bien”.
Hacer que el consumidor sienta un deseo o una necesidad.
Es difícil de olvidar, se adhiere a la memoria (quiérase que no), especialmente, si se acompaña con instrumentos nemotécnicos como estribillos, ritmos, imágenes o secuencias de anuncios televisivos.
El buen eslogan debe ser corto, original e impactante. Para conseguirlo, se utilizan todos los recursos estilísticos al alcance del redactor: onomatopeya, aliteración, contraste, rima, etc. También son muy utilizados los juegos de palabras puesto que obligan a hacer un esfuerzo adicional al oyente que permite fijarlo mejor en su memoria.
El espectador, además, los considera ingeniosos por lo que no los rechaza de inmediato. El mayor éxito de un eslogan es que los consumidores lo repitan.