Individuo, sociedad, moral como forma de vida

Introducción

El individuo es el ser único en la particularidad de su existir. En sociología, es la persona considerada de forma aislada en relación con la sociedad. Los individuos constan de distintas partes, se hallan en relación con el entorno y entre sí y se distinguen de los otros por tener cada uno su propio tiempo, espacio, origen y destino. Como ser único, el individuo contrasta con la pluralidad de seres únicos.

Aristóteles consideró al individuo como “sustancia primera”, a diferencia del género o especie, a los que denominó “sustancia segunda”.

Para Aristóteles, cada individuo cuenta con un patrón o modelo innato cuya meta o ‘causa final’ es su pleno desarrollo. Heráclito mantuvo que la virtud ética consistía en la subordinación del individuo a las leyes de una armonía razonable y universal.

Según Hegel, el individuo es íntegro sólo en la medida en que mantiene relaciones sociales y es su sometimiento a la voluntad general, cuya manifestación es el Estado, su más alta expresión ética.

Para Martin Heidegger, sin embargo, el individuo está siempre en peligro de ser sumergido por el mundo de los objetos y el comportamiento superficial y convencional de la multitud.

Jacques Maritain, filósofo francés de este siglo, postuló una doctrina en la que establecía diferencias conceptuales entre individuo y persona. Según Maritain, “el hombre como individuo constituye un universo aparte y un todo independiente, y el hombre como persona es parte de la estructura social y está ordenado al bien común”.

Postura de Jurgen Habermas con respecto al mundo, la sociedad y el individuo

Su postura con respecto al mundo, la sociedad y el individuo puede considerarse como optimista, en contraposición a la tradición pesimista frankfurtiana: Adorno, Horkheimer, entre otros.

Postura de Jurgen Habermas con respecto al mundo, la sociedad y el individuo

Habermas conceptualiza la sociedad, ya no sólo como dominada por la razón de acuerdo a fines o racionalidad teleológica, ni con valores predominantes como el valor de la ciencia, el valor de la moral y el valor de la religión; para él, la sociedad es una integración de valores y la “razón pura” por medio de la comunicación, que es lo que utiliza para lograr dicha integración.

Habermas parte de tres concepciones teóricas, una evolución social, donde describe la historia como un devenir de la especie humana, como un proceso evolutivo continuo; asimismo le da a la acción social una corporeidad, el cuerpo-sujeto-humano pierde importancia; en cuanto al concepto de sistema lo plantea como sistema social trans-subjetivo de procesos de aprendizaje en crecimiento, con lo anterior el sujeto es cambiado por una estructura que esta más allá de la subjetividad, proponiéndolo como una situación de comunicación.

Dentro de la sociedad, Habermas concibe dos formas de acción social:

1) La acción comunicativa
2) La acción de acuerdo a fines u orientada al éxito.

En cuanto a la segunda es concebida como aquella acción que hace uso maniqueo de las circunstancias para sacar ventaja, oprimir. Una acción netamente anti-diálogo y donde el dominio es la excelencia representativa.

Respecto a la acción social con lógica comunicativa se presenta cuando los actores interaccionan en un proceso de entendimiento sobre metas comunes y compartidas, concibiendo para ello, el entendimiento como un acuerdo sobre alguna afirmación, dentro de tres dimensiones:

1) Cognitiva, en la que la rectitud de una propuesta puede ser probada objetivamente;
2) Moral, donde las propuestas se realizan sobre la base de las normas establecidas y,
3) Psicológica donde las afirmaciones son valores por la persona a partir de sus circunstancias internas.

A partir de lo anterior, la manipulación, la conquista, el engaño son vistos como “estructuras de comunicación distorsionadas”. Por otro lado, metodológicamente establece la sociedad en dos niveles:

1) sistema
2) Mundo de vida.

Primero, qué entiende por mundo de vida. Presenta varios significados, se refiere al saber de fondo sobre el que se sustenta normalidad de una “situación de habla”; es también el lugar donde interactúan los hablantes, asimismo es la comprensión de lo que nos es propio y lo que nos es extraño, o sea la vida cotidiana.

Es en el mundo de vida donde se desarrolla la acción comunicativa a partir del acto de habla, a su vez el mundo de vida se articula en tres esferas:

1) cultura
2) sociedad
3) personalidad

Con ello vemos que Habermas concibe al sujeto como personalidad, como agentes capaces de lenguaje y acción[4], lo que conlleva que el cambio se da como un proceso evolutivo.

Segundo, el sistema como sociedad, incluye los aspectos del dinero, la lógica de la acumulación de capital, la racionalidad burocrática, en sí, lo económico-administrativo.

Moral como forma de vida

El hombre deja atrás su naturaleza animal de conducta irracional, inicia una vida en sociedad con metas y propósitos; surgiendo así mandatos, reglas, normas. En ello las sociedades cambian con el tiempo, sucediéndose, desplazándose; lo mismo sucede con la moral, que es un hecho histórico.

La moral comienza a desarrollarse en la época primitiva, cuando el hombre vive desordenadamente sometido a la ley del más fuerte, y la de la supervivencia, para una convivencia pacífica.

En la sociedad esclavista se observan cambios sociales con los cuales se dan cambios de normas. Aparecen entonces la esclavitud y la propiedad privada, pero ante esto, la moral da monogamia y respeto a la vida de ancianos.

En la Edad Media surge el régimen feudal basado en la propiedad de la tierra. En ésta época, los esclavos son tratados con más humanidad (siervos), existen también, el honor, el valor, el apego a la religión.

En la edad Moderna (capitalismo y soc. industrial), el enriquecimiento a base de otros aún estaba latente, para lo que la moral, que surge en la experiencia motivada en la lucha de clases, da una motivación eminentemente social.

En la edad Contemporánea, el hombre a transformado a la naturaleza, debido al aspecto científico. Aquí es donde la moral y la ciencia se complementan para lograr una sociedad más justa.

Individualidad e individuo

Por otra parte Zubiri, desde el campo de la filosofía, hace una distinción entre singulum e individuo stricto sensu.

El primero es un ente singular, pero el hombre es necesariamente individuo stricto sensu. Ferrater Mora, establece la existencia de grados de individualidad, que son en gran medida grados de discernibilidad. Hay por tanto diversos modos en los que puede decirse que algo es “individuo”.

Paul Ricoeur por su parte distingue la identidad idem (el mismo) y la identidad ipse (sí mismo). La primera tiene que ver con la identidad numérica, continuidad ininterrumpida en la permanencia en la duración, en el tiempo. La segunda es una identidad narrativa que admite variaciones de personalidad, porque se basa en la necesidad de alteridad, necesidad del otro.

Apoya este modo de concebir la “individualidad” que la Biología sitúa lo individual primariamente en la relación individuo-especie, por cuanto el sujeto de la evolución es la especie biológica por un lado. Pero asimismo en el reino de la vida como organización compleja de la materia lo individual se define por una función, desde un gen, un tejido, órgano etc.

De la misma forma la Antropología, lo mismo que la Sociología sitúan al “individuo” dentro de un sistema de relaciones.

El individuo deja de ser sujeto lógico como una clase de uno solo, como ocurría en la lógica silogística, como elemento aislable de una relación. Es en el seno de un sistema material, orgánico, biológico-social-cultural, en el que se produce la “individualización” en el que se desarrolla una unidad dentro del sistema o personalidad única, como individuo stricto sensu y persona.