La inercia inflacionaria ocurre cuando una vez que se genera un proceso inflacionario, por ejemplo, en el caso de la inflación de demanda debido a un elevado déficit fiscal, ésta persiste, por su causa original, es decir, aunque el déficit, haya desaparecido. Existen tres razones básicas, no necesariamente excluyentes, por las que la inflación puede adquirir vida propia.
La primera de éstas surge porque en las economías existen esquemas de indizaciones formales e informales. Un proceso de este tipo se presenta cuando los precios, los salarios, las utilidades, las tasas de interés y el tipo de cambio. Se fijan en función de la inflación. Por ejemplo, en el caso de los salarios, se dice que éstos están indicados cuando, al revisarse, aumentan automáticamente en un porcentaje igual al de la inflación.
La segunda causa importante por la que la inflación puede adquirir carácter inercial, se debe al hecho de que no todos los precios (de la economía) se ajustan en el mismo momento. Los contratos salariales no vencen en la misma época del año, sino que su vencimiento se encuentra distribuido a lo largo de éste. De esta manera, si surge por ejemplo un choque de oferta (analizado más adelante) que afecte la estructura de costos de un alto porcentaje de productos, los precios irán aumentando escalonadamente afectando nuevamente costos y precios, por lo que el proceso adquiere vida propia.
La tercera causa de inercia inflacionaria viene dada por las expectativas de los distintos agentes económicos, particularmente de aquellos que fijan precios en sus respectivos mercados. Si se tiene la apreciación de que la inflación futura va ser igual a la pasada, los aumentos en salarios, y los de precios, se otorgarán bajo este supuesto y, de este modo, las expectativas de inflación se validarán.
Los tres elementos de inflación inercial actúan en muchas ocasiones en forma conjunta, y pueden hacer que los procesos inflacionarios se vuelvan sumamente rígidos.
Las expectativas son parte importante de la inercia. Cuando los agentes económicos esperan inflación, aumentan su consumo actual, puesto que saben que si hay inflación, el dinero tendrá menor valor en el futuro. El cambio en el consumo provoca que la curva de demanda se desplace, provocando la inflación tan temida. Este es un caso de las llamadas profecías autocumplidas que son comunes en economía.
Impactos de oferta: Al igual que en el caso de la inflación de demanda, los impactos de oferta son también causa de un brote inflacionario que pueden adquirir vida propia. Éstos pueden surgir por distintas razones.
Por ejemplo, un problema en balanza comercial (ocasionado por una caída en los términos de intercambio), que conduzca a una devaluación del tipo de cambio, provoca un aumento de precios en los bienes comercializables internacionalmente, es decir, los importados, los exportables y de aquellos que son sustitutos de importaciones, elevando así los costos de algunos productos. De esta forma, se crean presiones inflacionarias. En este caso el impacto de oferta tuvo su origen en la devaluación que afecto la estructura de costos de la economía.
Otro ejemplo de impactos de oferta son los aumentos salariales concedidos por arriba del crecimiento de la productividad, o por algún evento que afecte la producción agrícola, como una sequía o inundaciones, y que genere aumentos en el precio de dichos productos.
Otra manifestación del incremento de precios es la inflación de oferta, que en la figura se manifiesta cuando la curva OA se desplaza hacia la izquierda, es decir, a la curva OA´. En este caso, se presenta una reducción de la producción de bienes y servicios con un incremento de precios.
La inflación de oferta ocurre al desplazarse la curva de oferta agregada hacia la izquierda. Esto ocurre cuando se produce menos al mismo precio, o lo mismo pero a un precio mayor. El primer caso podríamos ejemplificarlo con un achicamiento de la planta productiva por algún desastre natural, o por falta de inversión. Un ejemplo para el otro caso es la lucha entre los salarios y las ganancias por repartirse el producto.
En resumen, se ha visto que un proceso inflacionario es posible separarlo en tres elementos: uno de exceso de demanda, otro de carácter inercial y uno más de impactos de oferta. El primero y el tercero son los que generar los brotes inflacionarios, mientras que el segundo es el que provoca que aumenten los precios en forma sostenida y persistente. En general, es difícil encontrar una inflación pura en el sentido de que sea únicamente de demanda o de oferta. Esto se debe al papel que desempeñan las expectativas, a la disponibilidad de información entre mercados, y a la complejidad de las instituciones de una economía moderna que hacen que la inflación tenga siempre cierto carácter y elemento inercial.