Es importante tener un control de las variables que determinan las respuestas esperadas: los estudios, el nivel socioeconómico, la edad, el sexo y otros factores se determinan según las necesidades o los objetivos del estudio.
El tamaño del grupo debe ser tan pequeño que permita una verdadera comunicación e intervención de todos sus componentes. El número óptimo de participantes fluctúa entre ocho y diez. Un tema difícil puede tener más participantes que no interesante o fácil y un grupo lento debe ser menos numeroso que un pensamiento ágil. Cuando se dispone de poco tiempo, el número de participantes puede aumentar.
Es importante aplicar filtros para identificar si cada participante verdaderamente reúne los requisitos para formar parte del grupo. Para ello, existen empresas especializadas que pueden ayudar a reclutar a la gente adecuada.
Estas empresas en muchos casos se apoyan en programas por computadora que registran los nombres de las personas que han participado en sesiones de grupo, con el propósito de identificar a quienes lo hacen frecuentemente con fines poco éticos, pues por lo común reciben un regalo por cada participación.