El modelo de economía abierta

En México después del movimiento de revolución de 1910 los encargados de dirigir la política económica del país optaron para proteger los empleos, al cerrar las fronteras obligando a la población a consumir lo que el país producía, quedaron prohibidas las importaciones por los altos impuestos que se tenían que pagar. A partir de 1982 con el gobierno del presidente Miguel de la Madrid, el país entró al GATT (Acuerdo General de Comercio y Aranceles), paso inicial para modificar el modelo que dejo de ser economía proteccionista y abrir sus fronteras al mundo para la entrada de mercancías y capitales.

La economía de abierta mercado tiene uno de sus fundamentos principales en la libre competencia, que resulta de la concurrencia libre en el mercado de ofertantes que producen bienes o servicios similares y, a su vez, consumidores que toman decisiones libres sobre sus compras en el mercado con información suficiente sobre las características de precio y calidad de los productos, sin que en estas decisiones intervengan fuerzas distintas a las del mercado mismo.

En esta economía, el Estado no interviene en la asignación de recursos y es la ley de la oferta y la demanda, la que predomina en el libre mercado ideal, afectando precios hacia un equilibrio que balancea las demandas de los productos contra las ofertas. A estos precios de equilibrio, el mercado distribuye los productos a los compradores de acuerdo al uso o utilidad y a su capacidad de compra.

Una gran parte de esta economía moderna se basa en la idea de Adam Smith, padre de la economía, que afirmaba en su obra clásica “La riqueza de las Naciones” (1776) que los individuos que buscan su interés personal en una economía de mercado se ven llevados como por “una mano invisible” a hacer cosas que redundan en interés de otros y de la sociedad en su conjunto. Si hay una mano invisible, si los mercados asignan los recursos eficientemente de tal manera que se satisfacen los deseos de los consumidores al mismo costo, ¿por qué debe intervenir el Estado en la economía?

A pesar de esta interrogante, es necesario señalar que no existen economías puras de libre mercado, puesto que la mayoría de los gobiernos intervienen en el funcionamiento de los mercados de muchas formas y por muchas razones. Normalmente el Estado produce algunos bienes y servicios como educación y defensa nacional, y regula el funcionamiento de muchos mercados como el de la electricidad, y de igual forma recauda impuestos tanto para pagar sus compras, como para influir en el funcionamiento de los mercados.

La intervención del Estado en la economía se relaciona con las distorsiones o fallas existentes en el mercado, como lo son el poder del monopolio, las externalidades, la información imperfecta, entre otros. Esto provoca que el mercado no asigne los recursos eficientemente y la intervención del Estado puede mejorar los resultados económicos.

El libre mercado ha traído consigo la integración de las economías del mundo, mismas que están viviendo un proceso de grandes transformaciones debido a los nuevos retos que impone la globalización. Esto exige que las empresas logren dominar nuevas habilidades para adecuarse a los cambios en la tecnología de producción, en las tecnologías de información y en los requerimientos y necesidades de los consumidores de todo el mundo.

El reto que plantea la globalización es el de ser competitivos no solo localmente, sino también internacionalmente, pues todas las empresas de la zona que produzcan bienes o servicios similares estarán en pugna por las mejores oportunidades del mercado global.

En este contexto, la libre competencia en los mercados y las políticas de libre competencia cobran relevancia particular, pues ellas determinan el escenario más propicio para que las empresas logren los estándares de competitividad que se necesitan en este nuevo orden mundial.