La planta de algodón (Gossypium) se encuentra entre las malváceas.
Es una planta que necesita del sol y que requiere cerca de 200 días libres de heladas hasta la maduración de la fruta. Asimismo, la planta necesita para un crecimiento decente de unos 500 mm de precipitaciones al año.
De los más de 290 variedades que crecen hasta unos 300 cm de altura, son todas, hasta la especie poco significativa india Gossypium arboreum, únicamente anuales, por lo que tienen que ser plantadas de nuevo año tras año.
Sólo tres variedades de algodón son excepcionales, por lo que hay que tener en cuenta que para la evaluación de la calidad es especialmente significativo la longitud de la fibra, es decir, el denominado depósito.
Gossypium barbadense:
– Esta variedad cultivada principalmente en Egipto, el Sudán, la India, el Perú y en los EE.UU. constituye de un tres a un cuatro por ciento de la cosecha mundial.
– Es especialmente de fibra larga (de 29 a 34 mm) y de ella se hacen los hilos más delicados que sirven para la producción de textiles de primera calidad.
Gossypium hirsutum:
– El tipo de algodón más importante cultivado alrededor del globo terráqueo (EE.UU., Brasil, Paquistán, Turquía, la antigua URSS) de tamaño de fibra medio (de 25 a 28 mm.).
Gossypium herbaceum:
– Tipo cultivado en Paquistán, China y la India de pequeña longitud de fibra (por debajo de los 25 mm).
Para el cultivo de algodón se necesita:
En primer lugar, se plantan las semillas en la tierra. Para ello se arará la tierra y se amelgará.
A continuación se siembran las semillas grandes de unos 0,5 cm con la sembradora en la tierra. Con el riego, brota la semilla, atraviesa la capa de tierra y alcanza la luz solar. Después de que el plantón de algodón haya atravesado la tierra, se empieza relativamente pronto con la eliminación de la mala hierba. Esto es importante, puesto que el algodón es muy sensible y se tiene que cultivar como monocultivo.
Tras la maduración, se distinguen muy bien los folículos que contienen hasta 25 semillas. Después de aproximadamente 8 semanas las semillas estallan y sale volando una pelota blanca de algodón.
Ahora se puede empezar con la cosecha. Durante la cosecha se recogen con el recolector enormes cantidades de una sola vez. Para ello se ha de aplicar antes un defoliante para impedir que haya las menos impurezas posibles en las hojas.
El algodón recién recogido se presiona con una prensa hasta hacer de él un gran fardo. A continuación, se separa la fibra de algodón de los restos en la desgranadora gracias a los peines de hierro.
Luego el algodón recién peinado se vuelve a formar en fardo y se transporta a la hilandería. En la hilandería se desmenuzan los fardos y se limpian de nuevo, antes de que lleguen a la máquina que lo carda. En esta máquina se ordenarán los hilos y se agruparán en cintas para cardar. En la máquina de hilar se torcerá el hilo a partir de las fibras de algodón.
Luego se coloreará el hilo para finalmente terminarlo en el telar para ser tejido de telas.