Introducción
Con mucha frecuencia en nuestra vida cotidiana permanecemos callados ante situaciones o acciones de terceros que afectan directa o indirectamente nuestros intereses, y aunque en nuestro fuero interior sabemos que sufrimos injusticia, optamos por permanecer en silencio por temor a que nuestro interlocutor haga una mala interpretación de nuestros comentarios.
Por todo lo anterior, el arte de debatir, es una herramienta de gran utilidad que nos permitirá adquirir la destreza para fortalecer nuestros puntos de vista, convencer a nuestro interlocutor, a un auditorio y al mismo tempo alcanzar un criterio ecuánime.
Tipos de diálogo
Existe diversos tipos de diálogos, pero no todos son argumentativos. Para distinguir unos de otros se atiende a los fines que se persigue en cada uno de ellos y al contexto en el que se realizan.
Alguno de estos tipos son los siguientes:
1. Charla: tipo de diálogo no argumentativo en el que se intercambian ideas y cuyo objetivo no es la búsqueda de la verdad, ni de llegar a acuerdos, sino solamente intercambiar ideas para conocer a las personas o convivir con ellas.
2. Negociación: el objetivo de este dialogo es llegar a acuerdos que conduzcan a la toma de determinadas decisiones.
3. Disputa personal: en este tipo de diálogo los interlocutores apelan a toda clase de recursos, pleitos o no, tales como las falacias y marrullerías, donde son notorios los ataques personales, pues el objetivo es ganar, por lo cual, se sobreentiende que no existen reglas que normen su procedimiento.
4. Debate: es un diálogo moderado por reglas preestablecidas que marcan los tiempos y el orden de intervención de los interlocutores. No es raro encontrar también en este diálogo falacias. Cabe mencionar que el rasgo distintivo del debate, es que el tema a debatir presenta aspectos controversiales. No obstante, el hecho de que un tema sea debatible depende de los conocimientos de los interlocutores y de sus sistemas de creencias, ya que éste puede ser discutible para ciertas personas pero no para otras.
5. Discusión crítica: Se funda en el intercambio de ideas o puntos de vista con diversos objetivos. Uno de ellos es analizar un problema y encontrarle una respuesta racional. No se trata de destruir al oponente o de ganar la discusión, sino de encontrar una respuesta satisfactoria para la mayoría, apoyada en argumentos racionales con base en el análisis del problema, partiendo de una base teórica común
6. Debate racional: Este tipo de diálogo recoge la parte regulativa y el objetivo de a discusión crítica. Caracterizamos el debate racional como un diálogo regulado por normas procedimentales, donde se establecen las condiciones bajo las cuales los participantes pueden intervenir.
Reglas del debate
Reglas positivas del debate:
– Escuchar atentamente y con respecto al interlocutor
– Esperar a que el oponente termine de expresar sus ideas antes de intervenir
– Pedir y respetar el turno para intervenir
– Responder claramente y con precisión las preguntas del interlocutor y no evadirlas
– Plantear interrogantes pertinentes y precisas al interlocutor, tendentes a mostrar la debilidad de sus argumentos
– Proporcionar la información necesaria y suficiente al interlocutor, evitando la irrelevante o aquella que desvía o distrae del tema de discusión
– Definir, clarificar o justificar los términos que solicite el oponente, siempre y cuando sea pertinente para la argumentación
– Expresar con claridad las ideas
– Ser preciso, es decir, ofrecer la información necesaria
– Llevar un orden en la argumentación.
Reglas negativas del debate racional
– No pasar de uno a otro punto sin la debida justificación
– No pasar a otro tema sino se ha agotado el que se está discutiendo
– No ofrecer proposiciones falsas
– No afirmar cosas de las que se carece de pruebas
– No responder preguntas que no sean claras, solicitar que se re formulen con mayor claridad y precisión
– No responder ataques verbales y no generarlos.
Etapas de un debate
1) Etapa de apertura: es la base en que se establecen las reglas del diálogo y se presentan los participantes.
2) Etapa de confrontación: da paso al planteamiento del tema a tratar y a que cada uno de los interlocutores fije su postura y exponga en términos generales sus argumentos más fuertes e importantes para inducir al debate.
3) Etapa de argumentación: abre espacio al intercambio de argumentos en defensa de cada una de las posturas que se debaten. En esta etapa los participantes cuidan no incurrir en errores argumentativos o en el incumplimiento de las reglas de procedimiento establecidas.
4) Etapa de clausura: es la fase de cierre de la discusión y elaboración de las conclusiones. Es probable, sin embargo, que en algunos temas polémicos no se arribe en esta etapa a una conclusión definitiva porque las posturas confrontadas cuenten ambas con argumentos suficientemente fuertes, el debate no puede prolongarse infinitamente, así que la opción es elaborar algunas conclusiones preliminares.