Introducción
¿Sabías que, la forma de producción de nuestros días es el resultado de formas anteriores y que, para entender la presente requerimos revisar las pasadas, que son las que se encuentran vigentes en la actualidad?. Iniciaremos definiendo lo que es el modo de producción, el cual equivale a la forma en como una sociedad históricamente determinada se organiza para satisfacer sus requerimientos materiales.
Así, la historia se puede establecer por periodos partiendo de las diferentes formas que el hombre ha empleado para producir sus bienes y servicios. De acuerdo con esto, hasta el momento la humanidad ha experimentado cinco maneras distintas de producir sus bienes los que en conjunto se llaman “modos de producción”.
Etapa primitiva
Desde sus orígenes, el hombre siempre se ha preocupado por optimizar los recursos que la naturaleza le ha brindado, en un principio azarosamente, y más tarde transformándola para adaptarla a sus necesidades.
La Administración nace en el seno de la comunidad primitiva (400 a 500 a.C.), como lo muestran los vestigios de grabados y pinturas rupestres descubiertos en cuevas de distintos lugares del mundo. A través de estos hallazgos sabemos que desde entonces ya había una división del trabajo en los grupos sociales (gens, clanes, tribus, hordas, fratrías), lo cual nos ilustra sobre las distintas actividades que desarrollaban como medio de subsistencia. Así, los hombres se dedicaban a la caza, el pastoreo y a la pesca en lagos, ríos y mares; las mujeres elaboraban prendas de vestir de diversos materiales, recolectaban frutos, plantas silvestres comestibles y extraían raíces; los niños tenían funciones paralelas a las madres; y los ancianos mantenían en buenas condiciones las armas y los artefactos de trabajo.
El trabajo se basaba en la cooperación simple; muchas personas desarrollaban la misma labor, aunque con escasos resultados. Se trabajaba a nivel de subsistencia, y tampoco había excedente de producción; por lo tanto, tenían una economía natural, en común y colectiva. La repartición de los productos era igualitaria, equitativa; asimismo no existía explotación, pues no había clases sociales, lo cual nos hace pensar que se vivía en un comunismo primitivo. Como ya mencionamos, todos trabajaban en común acuerdo, sintiéndose a gusto con las funciones inherentes al puesto que tenían asignadas en la jerarquía del grupo.
En esta etapa todos vestían igual y consumían de acuerdo con sus necesidades fisiológicas los alimentos que conseguía el grupo. La educación se impartía por igual para todos los niños de la comunidad, pero a determinada edad se dividían según su sexo.
Etapa esclavista
En la antesala de la época esclavista encontramos que por azares del devenir, una mujer tiró las semillas de algún fruto, y tiempo después vio que en el lugar crecía una planta semejante de la que había tomado dicho producto, descubriendo así la agricultura. Debido a esto, el hombre se hizo sedentario y las tierras en las que se aposentó se repartieron entre los miembros de la tribu.
Surgió el Estado y se desarrollaron grandes civilizaciones que se apoyaron en la administración empírica del trabajo colectivo y de las tribus, apareciendo también la propiedad privada, pues los hombres tenían tierras, instrumentos de labranza, armas, y esposas e hijos. Se descubre la rueda y el hombre logra domesticar algunos animales. Las tribus que continuaban siendo nómadas fueron empujadas por el hambre a los sembradíos a disputar a sus dueños el dominio de esos territorios.
El trabajo lo realizaban los esclavos, dirigidos por sus amos, apareciendo la relación amo-esclavo (esclavista-esclavo, explotador-explotado). Por lo tanto, encontramos que se explotaba el trabajo ajeno; los medios de producción, así como la fuerza de trabajo eran del esclavista; la economía se basaba en el trabajo forzado de los esclavos, cuyos instrumentos estaban hechos de fierro y cobre y con aleaciones de estos dos metales. Los esclavos sólo recibían escasos medios de sustento y se dedicaban a la siembra, la cosecha, la ganadería, el trabajo en las minas, al pastoreo y a la servidumbre.
Etapa feudalista
Algunos esclavos empiezan a sublevarse, provocando así una confrontación social mientras que otros adoptan la resistencia pasiva, que consistió en no trabajar, situación que mermó la producción y afectó el comercio. Al pasarse la producción, no hubo mercancías, y siendo éstas el producto que se destinaba a la venta y al cambio, se originó la inexistencia de dinero y especies para reinvertir. En algunos lugares la situación llegó a ser tan grave que hubo necesidad de liberar a los esclavos e hijos de éstos, también esclavos, para no tener que darles de comer.
Este sistema llegó a su agotamiento total, y debió sustituirse por otro más capaz de enfrentar la nueva situación. Es así como nace el nuevo sistema o régimen, denominado feudalismo.
El rey otorgaba tierras a sus nobles para que las cuidaran e hicieran productivas y a él le entregaban parte de las ganancias; normalmente los feudos eran propiedades familiares. La explotación de la tierra y la ganadería estaba a cargo de los villanos, quienes vivían en las villas que se localizaban en las inmediaciones de los castillos, ya que en caso de invasión se refugiaban en los palacios, pues también servían como soldados.
La Iglesia era el guardián de toda la estructura política, social y económica, e impuso sus valores, identificando el gobierno eclesiástico con el Estado. En el campo comercial se regía por criterios muy severos, pues la actividad de los mercaderes se consideraba vergonzosa e ilícita; la usura se consideró como robo.
La producción de satisfactores era individual y los precios de éstos se fijaban libremente; además, como ya se anotó, nació la división técnica del trabajo.
Etapa capitalista
Con el auge de la industrialización surgieron las grandes organizaciones que empezaron a desbordar las posibilidades de un solo propietario, lo que dio origen a una mayor práctica de asociaciones para la integración de grandes capitales. El riesgo ilimitado que corría aquel que invertía su dinero en estas corporaciones trajo como consecuencia que a este tipo de inversionistas se les considerara como dueños absolutos de la organización.
Evidentemente, a las innovaciones financieras hay que agregar la práctica del descuento de documentos y acrecentamiento cuantitativo y en servicio de los sistemas bancarios, a los que correspondió la movilización del capital a corto plazo, transfiriéndolo a regiones donde se hallaban capitalistas que lo requerían. Asimismo, se inicia el ahorro bancario, el mayor uso de seguros y el verdadero desarrollo de las bolsas de valores. Esta modernización de los viejos procesos de organización trajo como consecuencia la exacerbación del sentimiento de explotación contenido por mucho años entre los obreros que participaban en los esfuerzos de producción industrial, teniendo como defensores a diferentes pensadores con tendencias propias de la época como Max Weber, quien consideraba las discrepancias fundamentales entre la ética católica y la protestante sobre el concepto ético-religioso de profesión.
Asimismo, las reacciones socialistas en pro de la destrucción de maquinaria, a la cual los trabajadores asociaban con la causa de sus desgracias como las que sustentaban Charles Fourier (falansterios), Louis Blanc (La organización y el trabajo), Robert Owen (El libro del muevo mundo moral), Saint-Simon (La parábola); los papas León XIII (Encíclica Rerurn Novarum), Pío XI (Encíclica Quadragésimo Anno), Paulo VI (Encíclica Populorum Prograssio) y Juan XXIII (Mater et Magistra).
Éstos fueron los diferentes pensadores de la reacción que ofrecieron soluciones al problema social, desde una posición utópica hasta la más radical, y que se conoce como reacciones socialistas.
Esta etapa se caracteriza por el individualismo, los grandes capitales personales, los consorcios, y las empresas transnacionales y multinacionales. Los capitalistas manejan el Estado; estallan guerras por el dominio económico del mundo; nacen sindicatos de obreros y patronos, situación que se define como la asociación de trabajadores o patrones constituida para el estudio, mejoramiento y defensa de sus respectivos intereses. Surge la lucha de clases y los países dominados, cuya actividad económica se basa en la industria y la agricultura; hay una especialización en el trabajo; se incrementan las operaciones bancarias internacionales; entra en auge la industria bélica y se realizan investigaciones científicas.
Etapa socialista
En 1818, dentro de la época capitalista, aparece la llamada teoría socialista, que en principio sustentan los banqueros Enrique y Salomón Heine, y que se publica el 12 de julio de 1842 en el diario Französische Zustade de Hamburgo.
Más tarde, Kiseel Mordekay (Carlos Marx) y Lierman Beer (Vladimir Ilich Ulianov Lenin) promovieron la teoría socialista que surge como defensa ante la explotación de la clase trabajadora, la cual, al sentirse desplazada por el avance en la industrialización, reaccionó destruyendo máquinas, como sucedió en Inglaterra.
Pero no sólo se registraron ataques a las máquinas, sino que además surgieron ideas y teóricos de Socialismo que pretendieron mejorar las condiciones de los trabajadores. Así fue como surgió el Socialismo utópico, que establecía la desaparición de las empresas y proponía la creación de cooperativas con fines de tipo social y no de explotación como en las organizaciones de otra índole, ya que en ellas los mismos trabajadores eran los dueños.