Economía marxista

Introducción

El sistema económico juega un papel mucho mayor en la cosmovisión marxista que en la cristiana o en la del humanismo secular. Para los marxistas, el sistema económico determina las leyes, el tipo de gobierno, y el papel de la sociedad en la vida cotidiana. Aunque la mayoría estará de acuerdo en que un sistema económico afecta estas áreas hasta cierto punto, los marxistas afirman que dicta el carácter preciso de ellas.

Los marxistas concluyen que sistemas económicos indeseables crean sociedades retrógradas, indeseables. Ellos señalan los males en una sociedad capitalista y concluyen que el capitalismo, basado en la propiedad privada, es un mal sistema económico que debe ser reemplazado con un sistema más humano, uno que abolirá la propiedad privada y el intercambio libre y pacífico de bienes y servicios.

De acuerdo con Marx, el problema clave del capitalismo es que genera la explotación de los trabajadores. Marx dice que en una sociedad capitalista, la burguesía iguala el valor personal con el valor de cambio.

Karl Marx

Filósofo y economista alemán (1818- 1883). Estudió historia, Derecho y Filosofía en las Universidades de Bonn y Berlín, doctorándose en Filosofía a los veintitrés años. Cerrado el camino hacia la docencia universitaria debido a su radicalismo, se dedicó al periodismo. Exiliado de Alemania, estudió en París el socialismo francés y la economía política inglesa. Finalmente se asentó en Londres. Acudió durante años a las salas de lectura del Museo Británico.

En 1848, junto con Engels, redactó El Manifiesto del Partido Comunista. En 1867 publicó el primer volumen de su obra magna el capital.

Después de su muerte, Engels publicó buena parte de sus manuscritos y los volúmenes II y III de EL CAPITAL. En su vida se mezclaron en él filósofo y el estudioso con la vida activa del organizador y propagandista. Busco incansablemente precipitar el cambio social.

La base de la teoría de Marx la constituía su análisis de la historia, que él fundaba en el materialismo dialéctico. La concepción materialista de la historia arranca del principio de que la producción y el intercambio de productos constituyen la base de todo orden social. La validez de esta afirmación descansaba que en cualquier sociedad, de cuantas han aparecido en la historia, la división en clases esta determinada por tres hechos:

lo que se produce,
como se produce,
la forma en que se intercambia la producción.

Según esta concepción, las causas últimas de todo los cambios sociales y de todas las revoluciones políticas hay que buscarlas no en las mentes de los hombres, sino en las mutaciones experimentadas por los métodos de producción y de intercambio. La fuerza básica en la historia es, para Marx, la estructura económica de la sociedad. Esto no excluye el impacto de las ideas, sino que sostiene que las ideas son un reflejo de la sociedad que las alienta.

El objetivo de la obra de Marx era descubrir las “Leyes del funcionamiento” de la sociedad capitalista. Construyó su modelo económico para demostrar como el capitalismo explotaba necesariamente a su clase trabajadora y como esta explotación conduciría inevitablemente a su destrucción. En este esquema, la teoría del valor – trabajo desempeña un papel importante.

Los males del capitalista

De acuerdo con la economía marxista, dos defectos ocasionan necesariamente que el capitalismo sea un sistema de explotación. El primer defecto es el problema del excedente de mano de obra. De acuerdo con este concepto, la burguesía no se lucra por la venta de su producto a un precio por encima del costo de materiales más la obra de mano, sino más bien al pagarle al trabajador por debajo del valor de su trabajo.

El segundo defecto del capitalismo es su naturaleza caótica. Mientras que el Estado puede controlar todos los aspectos del socialismo, desde la producción hasta la distribución, el capitalismo es controlado por el libre mercado. En un sistema socialista, las decisiones económicas referentes a precio, producción, y consumo, son tomadas por planificadores centrales afiliados al gobierno.

Los marxistas creen que las economías capitalistas se alimentan de las crisis que tienden a estimularlas. Marx creía que esta dependencia de las crisis podría causar estragos a largo plazo, y por lo tanto, abogaba para que una comunidad planificada reemplazara tal sistema espontáneo, errático e irresponsable.

La teoría de la explotación

Según Marx, el beneficio lo obtiene el capitalista al adquirir una mercancía, el trabajo, que puede crear un valor mayor que el de su propia fuerza de trabajo. Marx distingue entre los conceptos de fuerzas de trabajo y tiempo de trabajo. “el beneficio que obtienen los capitalistas es el resultado de la explotación de los trabajadores, y no una retribucion por el alquiler del capital y por su actitud innovadora”.

Lo relevante es que, según Marx, el empresario paga al trabajador una cantidad igual al valor de su fuerza de trabajo, pero este pago equivale sólo a una parte de la producción diaria del trabajador y, por lo tanto, sólo a una parte del valor que éste produce.

En el mundo teórico de Marx, todo se vendía por su valor, y el valor de la mano de obra es la cantidad de trabajo que se necesita para “crear” dicha mano de obra, es decir, un salario de subsistencia.

La clave de la explotación, en este sistema, esta en el hecho de que existe una diferencia entre el salario que un trabajador recibe y el valor del producto que ese trabajador produce. A esta diferencia la denominó Plusvalía. Un trabajador no es contratado únicamente por la duración de la jornada necesaria para pagarle su salario de subsistencia.

Por el contrario, el trabajador conviene en trabajar durante toda la jornada que el capitalista le señale, que en los tiempos de Marx era de diez a once horas diarias.

La Autodestrucción del capitalismo

La teoría de la economía marxista mantiene que el capitalismo eventualmente se auto-destruirá, a medida que explota a más y más gente, hasta que todos hayan sido reducidos al estatus de trabajadores.

Engels explica el proceso: “Mientras que el modo de producción capitalista completamente transforma cada vez más en proletarios a la gran mayoría de la población, crea el poder que, a riesgo de su propia destrucción, es forzado a alcanzar esta revolución.

El proletariado se apoderará del poder político y transformará los medios de producción en propiedad del Estado.

Las consecuencias de la acumulación de capital

A juicio de Marx, le causa del decrecimiento de la tasa de beneficio hay que buscarla en el aumento de la proporción entre capital constante y capital variable. Marx creía que esta ley demostraba que la producción capitalista tropezaba con barreras internas en cuanto a su expansión indefinida. El proceso de mecanización crea un “ejercito industrial de reserva” de personas sin trabajo, que tiende a empobrecer aun mas al proletariado, al forzar los salarios a la baja.

Marx criticó la ley de los mercados de Say, señalando que, incluso en el ámbito de la producción simple de mercancías, existe la posibilidad de crisis. Según Marx, la circulación de mercancías implica necesariamente un equilibrio de ventas y compras, queriendo significar con ello que el número de las ventas realizadas es iguales al de las compras. Nadie puede vender a menos que otro compre. Pero nadie esta obligado a comprar de inmediato, solo porque anteriormente acaba de vender. Si el intervalo de tiempo entre la venta y la compra se hace demasiado prolongado, tiene lugar una crisis.

En la producción capitalista a gran escala, los capitalistas compiten todos entre sí, y procuran acumular capital a un fuerte ritmo, esto es, recurren a procesos intensivos en capital, a fin de ensanchar las escalas de su producción a expensas de sus competidores.

En este sentido, Marx señala que una de las consecuencias de esta tendencia es la concentración de capital en unas pocas manos. Resulta, sin embargo, que la expansión requiere mas trabajadores, y, para obtenerlos, los capitalistas tienen que competir entre ellos. Los salarios tienden, pues, a subir, y los beneficios a bajar.

Según, Marx, la disminución de los beneficios se pretende contrarrestar sustituyendo obreros por máquinas, pero al mecanizar la producción, el margen de beneficios se reduce, porque hay menos trabajadores de quienes extraer plusvalía. Por el contrario, el nivel de los salarios se eleva constantemente y los beneficios descienden. Por cualquier camino que se elija, la tendencia a largo plazo lleva a una tasa descendente de los beneficios y hacia una serie de crisis cada vez mas graves.

El progreso tecnológico acumulativo y la productividad creciente del trabajo conducen al desarrollo de la producción, pero el mercado aumenta mas lentamente en razón del limitado poder adquisitivo de los trabajadores. Las crisis periódicas se producen porque la oferta supera a la demanda, y, de ese modo desaparece temporalmente el carácter lucrativo de la producción.

El problema radica en que los trabajadores no pueden comprar el flujo de bienes de consumo que se produce tras un período de rápida inversión del capital.