Feudalismo, origen y periodo de desarrollo

Origen y periodo de desarrollo

Feudalismo, sistema contractual de relaciones políticas y militares entre los miembros de la nobleza de Europa occidental durante la alta edad media. El feudalismo se caracterizó por la concesión de feudos (casi siempre en forma de tierras y trabajo) a cambio de una prestación política y militar, contrato sellado por un juramento de homenaje y fidelidad.

Pero tanto el señor como el vasallo eran hombres libres, por lo que no debe ser confundido con el régimen señorial, sistema contemporáneo de aquél, que regulaba las relaciones entre los señores y sus campesinos. El feudalismo unía la prestación política y militar a la posesión de tierras con el propósito de preservar a la Europa medieval de su desintegración en innumerables señoríos independientes tras el hundimiento del Imperio Carolingio.

Medio ambiente

La comunidad feudal se caracterizó por ubicarse en zonas donde existían bosques, en los que se desarrollaron las granjas y aldeas; alrededor de ellas estaban los campos de cultivo. Dentro de estas áreas ocasionalmente existieron monasterios protegidos y pequeñas ciudades amuralladas, y en las cumbres, casi inaccesibles, majestuosos castillos que dominaban el panorama.

Esta construcción cumplía una función: protegerse de las constantes invasiones de las tribus sarracenas, nómadas, salteadores y vagos. Los castillos estaban rodeados de una muralla y un foso, y en su interior había una guarnición de caballería, un torreón, iglesia, granjas para almacenamiento de granos, etcétera. En caso de invasión, los campesinos se refugiaban ahí junto con su ganado. Las condiciones naturales del suelo y clima eran especialmente importantes para la producción agrícola.

Medios de producción

La base de las relaciones de producción de la sociedad feudal eran la propiedad del señor feudal sobre la tierra y el trabajo de los siervos. Éstos ya no eran esclavos: poseían una parcela y el señor no podría disponer de su vida.

Junto con la propiedad del señor coexistía la propiedad individual del campesino y del artesano sobre los medios de producción. La propiedad feudal sobre la tierra servía de base a la explotación de los campesinos.

Actividades productivas

Las principales actividades productivas fueron la agricultura, ganadería, artesanía y un comercio muy incipiente o escaso; el fin último de la producción feudal era el autoconsumo. En caso de una mala cosecha los señores feudales enviaban a sus siervos a conseguir, a cambio de dinero, granos en otros feudos más afortunados, lo cual provocaba que se endeudaran, a la vez que creaban un comercio intermitente; así, los siervos-mercaderes se improvisaban sólo por necesidad.

Sin embargo, se observó un incipiente crecimiento de los mercados locales, donde el intercambio de mercancías era insignificante, pues sólo cubría ciertas necesidades.

Durante el Feudalismo, como puedes observar, la fuerza de trabajo en la producción agrícola dejaron de ser mercancías, sólo existía un comercio incipiente de productos agrícolas generado por la necesidad de sobrevivencia.

Clases sociales o estructura social

a) La iglesia

La iglesia en este periodo ocupó uno de los lugares más importantes de la pirámide social. En ocasiones, su poder fue superior al que ejercía la nobleza tanto en el aspecto económico como en el nivel de instrucción. Fueron los obispos y su clero el grupo social más destacado en la sociedad, ya que su dominio abarcaba las esferas económica, política, religiosa y cultural, Su influencia era tan importante en el terreno económico que podría prestar dinero a los señores feudales, gracias a las limosnas de los peregrinos y a las ofrendas o sacrificios monetarios de sus fieles; asimismo, era propietaria de grandes extensiones de tierra. En el ámbito político de los siglos IX al XI, la administración del Estado quedó en sus manos, y fue así como la Iglesia representó la autoridad moral y financiera de aquel entonces.

b) Señores feudales

La jerarquía social de los hombres que poseían o sobre la que podían ejercer autoridad en una sociedad eminentemente agrícola, donde una minoría era propietaria de las tierras; el rey es quien tenía más capacidad de negociación y poder. Esta jerarquía de soberanos iba desde el vasallo de la guardia del señor, el barón, conde, marqués o duque, príncipes y finalmente el rey o monarca, el cual estaba en la cúspide y, junto con todos ellos, el clero.

Estos grupos eran libres y poderosos, mientras que la mayoría de la población sólo poseía su fuerza de trabajo y era reducida a la servidumbre. Esta condición social la convertía al mismo tiempo en explotada, dependiente y protegida, y no era libre de dejar la tierra donde nacía.

El dueño de la tierra, principal medio de producción, era el señor feudal, quien procuró la satisfacción de todas sus necesidades a partir de la producción generada en su propio feudo, en el que instaló talleres, hornos, molinos, etcétera, a fin de contrarrestar la ausencia del comercio, creando una Ciudad-Estado.

c) Siervos

Este grupo social conformaba a la mayoría de la población, se dedicaban básicamente a la producción agrícola, sólo poseían su fuerza de trabajo y algunas herramientas de labor. Esta condición social los convertía al mismo tiempo en una clase explotada, dependiente y protegida por el señor feudal. Además estaba atada a la tierra ya que culturalmente, no era libre de dejar la tierra donde nacía y económicamente estaba obligada a retribuir al señor feudal parte del producto de su trabajo y si se endeudaba, esta deuda se heredaba a los hijos.

El tiempo de trabajo del siervo de la gleba (campesino) se dividía en dos partes: el tiempo necesario en el cual producía lo indispensable para el sustento de él y su familia, así como el tiempo adicional, creador de plus-producto que entregaba al terrateniente en forma de renta en trabajo.

El campesino debía trabajar obligatoriamente y de manera gratuita algunos días de la semana (dos o cuatro días), con sus propios instrumentos de producción, las tierras del señor, y dedicarse el resto de la semana a cultivar su tierra. Pero a medida que el tiempo pasó, el censo personal se convirtió en censo de especie, esto es, que en vez de que el campesino se dedicara a su trabajo, estaba obligado a entregar determinada cantidad de productos agrícolas al señor; esto fue el origen de los diezmos y las primicias.

Los siervos se instalaron en las zonas interfeudales, donde fundaron las ciudades medievales. Así, entre feudo y feudo aparecieron ciudades dedicadas al comercio o a la producción de artesanías.

d) Artesanos

Dentro de esta estructura productiva se desarrolló un sector de la población que no estaba ligado a la tierra: los artesanos que habitaban los centros urbanos. En el Feudalismo, los siervos que obtenían su libertad emigraban a las ciudades. La única manera de sobrevivir con decoro era trabajando en las artesanías, oficio que implicaba un proceso largo y pesado, que incluía el trabajo gratuito; otras formas eran dedicarse al comercio y a los servicios.

Así, al lado del maestro artesano, surgieron los siervos pobres que escapaban de las tierras feudales y se empleaban como ayudantes de los maestros artesanos con el grado de aprendices del taller. En principio el taller fue una organización que pertenecía a un gremio y sus miembros formaban una cofradía, las más de las veces religiosa; éstos, tanto maestro como aprendiz, habían logrado, por diversos procedimientos, liberarse del señor, uniéndose de manera muy estrecha. Vivía en los centros urbanos, en una zona llamada burgo, de ahí que se les llama burgueses (grupo social que constituye el origen de la clase social burguesa en este modo de producción capitalista). En un principio, se encargaban de producir sólo lo indispensable para cubrir las necesidades de los habitantes del feudo. Estos gremios estaban formados por panaderos, herreros, zapateros, textileros, etcétera, actividades en las que también se dio una jerarquía que, en orden descendente, estaba integrada por maestros, oficiales, compañeros (obreros) y aprendices.

Conforme la sociedad feudal se desarrolló y los maestros se multiplicaron, empezó a darse una lucha por los mercados, por lo que las reglamentaciones se fueron haciendo más complicadas para impedir el acceso a nuevos talleres.

e) Comerciantes o mercaderes

El primer personaje de la ciudad fue el comerciante o mercader. Este grupo social al igual que los artesanos eran también hombres libres, se dedicaban al comercio, instalando su centro de operaciones en los alrededores de las ciudades, donde almacenaban sus mercancías. Estas se enviaban a través de ríos y mares originando un comercio exterior que pronto los convirtió en hombres ricos. A pesar de los avances de la industria y el comercio, su desarrollo se vio frenado por la estructura social feudal dominante. Cabe señalar que una fracción de la nobleza apoyaba y era partícipe de estas nuevas formas de creación de riqueza, por lo que el poder del Estado comenzó a modificarse.

Decadencia

El feudalismo alcanzó el punto culminante de su desarrollo en el siglo XIII; a partir de entonces inició su decadencia. El subenfeudamiento llegó a tal punto que los señores tuvieron problemas para obtener las prestaciones que debían recibir. Los vasallos prefirieron realizar pagos en metálico (scutagium, ‘tasas por escudo’) a cambio de la ayuda militar debida a sus señores; a su vez éstos tendieron a preferir el dinero, que les permitía contratar tropas profesionales que en muchas ocasiones estaban mejor entrenadas y eran más disciplinadas que los vasallos.

Además, el resurgimiento de las tácticas de infantería y la introducción de nuevas armas, como el arco y la pica, hicieron que la caballería no fuera ya un factor decisivo para la guerra. La decadencia del feudalismo se aceleró en los siglos XIV y XV. Durante la guerra de los Cien Años, las caballerías francesa e inglesa combatieron duramente, pero las batallas se ganaron en gran medida por los soldados profesionales y en especial por los arqueros de a pie. Los soldados profesionales combatieron en unidades cuyos jefes habían prestado juramento de homenaje y fidelidad a un príncipe, pero con contratos no hereditarios y que normalmente tenían una duración de meses o años.

Este ‘feudalismo bastardo’ estaba a un paso del sistema de mercenarios, que ya había triunfado en la Italia de los condotieros renacentistas.