Origen y estructura del español

Lenguas

La capacidad de hablar es una de las facultades que nos diferencian de los demás animales. Hay ma-míferos y aves que se comunican mediante un “idioma” hecho con unos cuantos sonidos, pero el len-guaje humano es mucho más rico y está altamente desarrollado. Una lengua es una forma de organizar los sonidos para expresar ideas. El lenguaje humano se fue desarrollando a lo largo de los siglos, y de ahí que se hablen tantos idiomas en la actualidad.

Los idiomas pueden agruparse en familias de origen común y en el mundo hay unos cinco mil idiomas, subdivididos en muchisimos dialectos o formas locales de los idiomas.

Lengua española o lengua castellana

Lengua románica, derivada del latín, que pertenece a la subfamilia itálica dentro del conjunto indoeuro-peo; es el idioma de España y de las naciones hispanoamericanas, excepto Brasil, Haití y la Guayana; cuenta con unos cuatrocientos millones de hablantes.

Esta lengua también se llama castellano, por ser el nombre de la comunidad lingüística que habló esta modalidad románica en tiempos medievales: Castilla. Existe alguna polémica en torno a la denominación del idioma; el término español es relativamente reciente y no es admitido por los muchos hablantes bilingües del Estado Español, pues entienden que español incluye los términos valenciano, gallego, catalán y vasco, idiomas a su vez de consideración oficial dentro del territorio de sus comunidades autónomas respectivas; son esos hablantes bilingües quienes proponen volver a la denominación más antigua que tuvo la lengua, castellano entendido como ‘lengua de Castilla’.

Orígenes

La base del idioma Español es el latín vulgar, propagado en España desde fines del siglo III a. C., que se impuso a las lenguas ibéricas y al vasco.
Efectivamente, las lenguas romances no derivan del latín escrito en la literatura, sino del latín hablado en las calles y en las plazas. Y las diferencias entre una y otra variedad lingüística son importantes. En el aspecto fónico, el latín literario diferenciaba diez vocales (cinco largas y cinco breves) y esa longitud de la vocal podía modificar el significado de una palabra.

El latín oral reemplazó esa distinción por el acento de intensidad, que persiste como rasgo distintivo de nuestra lengua. En el plano morfológico, los sustantivos y los adjetivos se declinaban lo que significa que adoptaban una terminación diferente según cual fuera la función que desempeñaban en la oración.

Los primeros invasores de la península

Antes de la llegada de los romanos, la península ibérica estaba poblada por diversas comunidades.

A ambos lados de los Pirineos, se agrupaban diversos pueblos que poseían una lengua común, la vas-cuence. En el sur los nativos establecían relaciones comerciales con los fenicios.

Hacia el siglo VII a. C. Los Celtas, provenientes del sur de Alemania, invadieron la península y estable-cieron en Galicia y Portugal. Fusionados con loa iberos formaron el grupo de los Celtíberos.

Si bien cada una de estas comunidades poseían su propia lengua, es posible suponer que se influían entre si.

La invasión Germánica

En el año 409 se produjo en España la invasión de pueblos provenientes del norte(los visigodos), entra-ron en la península por los Pirineos. No eran muy numerosos. Se instalaron principalmente en la meseta castellana.

La influencia Vasca

Junto a estos elementos lingüísticos también hay que tener en cuenta al vasco, idioma cuyo origen se desconoce, aunque hay varias teorías al respecto. Algunos de sus hábitos articulatorios y ciertas parti-cularidades gramaticales ejercieron poderosa influencia en la conformación del castellano por dos moti-vos: el condado de Castilla se fundó en un territorio de influencia vasca, entre Cantabria y el norte de León; junto a eso, las tierras que los castellanos iban ganando a los árabes se repoblaban con vascos, que, lógicamente, llevaron sus hábitos lingüísticos y, además, ocuparon puestos preeminentes en la corte castellana hasta el siglo XIV.

La historia del castellano

En la formación del español cabe distinguir tres grandes periodos: el medieval, también denominado del castellano antiguo, fechado entre los siglos X al XV; el español moderno, que evolucionó desde el siglo XVI a finales del XVII, y el contemporáneo, desde la fundación de la Real Academia Española hasta nuestros días.

El castellano medieval

El nombre de la lengua procede de la tierra de castillos que la configuró, Castilla, y antes del siglo X no puede hablarse de ella. Por entonces existían cuatro grandes dominios lingüísticos en la Península.

El Castellano fue tan innovador en la evolución del latín como lo fueron los habitantes de Castilla en lo político.

El castellano medieval desarrolló una serie de fonemas que hoy han desaparecido.

Desde el punto de vista gramatical ya habían desaparecido las declinaciones del latín y eran las prepo-siciones las que señalaban la función de las palabras en la oración. Los adjetivos posesivos iban precedidos de artículo.

El español del siglo XII ya era la lengua de los documentos notariales y de la Biblia que mandó traducir Alfonso X.

El castellano moderno

La publicación de la primera gramática castellana de Elio Antonio de Nebrija en 1492, fecha del descu-brimiento de América y de la toma de Granada por los Reyes Católicos, establece la fecha inicial de la segunda gran etapa de conformación y consolidación del idioma.
A esta época pertenecen el cambio de las consonantes que altera y consolida definitivamente el sistema fonológico del español.
Desde el punto de vista del léxico adquirió una gran cantidad de neologismos, pues a estos momentos correspondió la expansión de Castilla y, por lo tanto, el contacto con otras culturas. Consiguió consoli-darse como lengua dominante frente a otros dialectos peninsulares al llevarse a cabo la unidad política de Castilla y Aragón y ser el castellano la lengua de los documentos legales, de la política exterior y la que llegó a América de la mano de la gran empresa realizada por la Corona de Castilla, ya fijada en la gramática normativa de Nebrija.

En Francia, Italia e Inglaterra se editaban gramáticas y diccionarios para aprender español, que fue la lengua diplomática hasta la primera mitad del siglo XVIII. En esta etapa de la lengua se llegó al esplen-dor literario que representan los autores del siglo de oro. El léxico incorpora palabras originarias de tan-tas lenguas como contactos políticos tenía el imperio. Del italiano entran en el español desde el siglo XV al XVII los nombres de la métrica y preceptiva literaria.

Los americanismos, que comienzan a entrar en el siglo XVI, ofrecen una lista referida a las realidades que en Europa no se conocían y que son españolismos tomados por las lenguas europeas que proce-den del quechua y el guaraní. Los términos más antiguos, proceden de los arawak.

El español contemporáneo

En el año 1713 se fundó la Real Academia Española. Su primera tarea fue la de fijar el idioma y sancionar los cambios que de su idioma habían hecho los hablantes a lo largo de los siglos. En esta época se había terminado el cambio fonético y morfológico y el sistema verbal de tiempos simples y compuestos era el mismo que ha estado vigente hasta la primera mitad del siglo XX.
Los pronombres átonos ya no se combinaban con las formas de participio y, gracias a la variación mor-fológica, los elementos de la oración se pueden ordenar de formas muy diversas con una gran variedad de los estilos literarios.

Los dialectos

Hasta la irrupción de la radio y la televisión en la sociedad —en la segunda mitad de este siglo—, era relativamente fácil diagnosticar por los hábitos fonéticos y la entonación la pertenencia de un determi-nado hablante a su correspondiente área dialectal. Hoy, aunque también se siguen dando estas diferencias, la imitación de la norma que esos medios han ido creando entre los hablantes, hace que la perte-nencia a diferentes comunidades lingüísticas no sea tan clara ni tan rotunda.

Del mapa lingüístico medieval ibérico surgieron variedades lingüísticas que algunas se convirtieron en lenguas y otras, con el paso del tiempo, se transformaron en dialectos de alguna de ellas.

En el siglo XVI el castellano sirvió de base para la creación de un sabir o lengua de intercambio en el Mediterráneo. Un siglo después se configura otro sabir en el Caribe, que luego se criolliza para dar paso al papiamento de Curaçao. Los jesuitas que entraron en contacto con los indios guaraníes crearon otra lengua de intercambio conocida como lengua general.

En cuanto al continente americano, no han faltado autores que calificaban de dialectos a cada una de las variedades lingüísticas que se han consolidado en los respectivos países.
La dialectología del español en América debe hacerse por cada país antes de que la homogeneidad que imponen la radio, el cine y la televisión borren las fronteras dialectales que aún existen.

La gramática española

Desde el punto de vista de la clasificación de las lenguas, el español es una lengua flexiva, aunque en menor medida de lo que fue el latín.

Morfología y sintaxis

El nombre ya había perdido las desinencias de caso en el latín tardío del siglo VI. En su lugar el español, como las demás lenguas románicas mediterráneas, sustituyó por un procedimiento sintáctico lo que fue en principio morfológico.

Los verbos redujeron a tres las cuatro conjugaciones del latín. Posee desinencias para las personas, el número, el tiempo, el modo y la voz. En el caso de la segunda persona, el español canario, andaluz oc-cidental y americano, salvo algunas zonas colombianas, ha conservado las formas del siglo XVII y ha desarrollado una conjugación para el singular basada en la concordancia originaria con vos, segunda persona del plural; las formas correspondientes a tú se consideraron vulgares y hasta humillantes, y por esa razón la persona de confianza reconocida como digna de respeto fue tratada de vos; a su vez, las personas de menor confianza reciben el mismo tratamiento que en la península; son usted y concuerdan con la tercera persona.

Otros rasgos del español

El español también se caracteriza por su constante empleo del pronombre se, y el uso vivo del subjuntivo. Entre las características heredadas del latín debe destacarse la sintaxis y los procedimientos sintácticos para matizar, calificar o convertir en nombres, y, por tanto, sujetos, a oraciones completas.

El español en el mundo

El español es, por número de hablantes, la tercera lengua del mundo. Pese a ser una lengua hablada en zonas tan distantes, existe una cierta uniformidad en el nivel culto del idioma que permite a las gentes de uno u otro lado del Atlántico entenderse con relativa facilidad. Las mayores diferencias son de carácter suprasegmental, es decir, la variada entonación, fruto al parecer de los diversos substratos lingüísticos que existen en los países de habla hispánica. La ortografía y la norma lingüística aseguran la uniformidad de la lengua; de ahí la colaboración entre las diversas Academias de la Lengua para preservar la unidad, hecho al que coadyuva la difusión de los productos literarios, científicos, pedagógicos, cinematográficos, televisivos, ofimáticos, comunicadores e informáticos.
Desde España se ha elaborado el primer método unitario de enseñanza del idioma que difunde por el mundo el Instituto Cervantes.

El trabajo coordinado de las Academias ha cristalizado en la “Elaboración de la norma culta de las grandes ciudades”, que presta especial atención a la fonología y el léxico. Es el segundo idioma hablado en Estados Unidos, que cuenta con varias cadenas de radio y televisión con emisiones totalmente en español; asimismo, y por razones estrictamente económicas, es la lengua que más se estudia como idioma extranjero en los países no hispánicos de América y Europa. Lejanos ya los tiempos en que fue considerada la lengua diplomática, cuando fue sustituida por el francés, hoy es lengua oficial de la ONU y sus organismos, de la Unión Europea y otros organismos internacionales.

Ha sido incluido como idioma dentro de las grandes autopistas internacionales de la información como Internet, lo que asegura la constante traducción de las innovaciones informáticas, su difusión e intercomunicación. Donde aparece más incierto el futuro del idioma es en el continente africano, abandonado por razones políticas a la voluntad de sus hablantes; no hay que olvidar que todavía sirve de lengua diplomática junto al francés para el pueblo saharaui.

No obstante, todo parece augurar que en el próximo siglo será una de las lenguas de mayor difusión, y quién sabe si en momentos de deseable mestizaje no dé lugar a una lengua intermedia que asegure la comunicación con el continente americano en su conjunto.