Mitos y leyendas

Leyenda

Leyenda, narración tradicional o colección de narraciones relacionadas entre sí de hechos imaginarios pero que se consideran reales. A veces se da una mezcla de hechos reales y de ficción, aunque se parte de situaciones históricamente verídicas. La palabra procede del latín medieval legenda y significa ‘lo que ha de ser leído’. En efecto, durante algunos oficios religiosos de la primitiva Iglesia cristiana, se leían en voz alta legendas o vidas de santos.

Una colección famosa en la edad media fue La leyenda dorada (Legendi di sancti vulgari storiado), escrita en latín en 1264 por el dominico genovés Santiago de la Vorágine, tratado hagiográfico en el que la exaltación de las figuras de los santos roza en ocasiones lo fantástico.

Tal vez ese rasgo haya estimulado en el siglo XIX al escritor portugués Eça de Queiroz a elaborar su Diccionario de milagros, que dejó inconcluso (abarca las letras A y B) y se publicó, póstumamente, en 1900 (primera edición española, 1990).

La leyenda se sitúa en un lugar y en una época específicas y parte de hechos que fueron reales aunque están idealizados.

Se diferencian de la historia propiamente dicha en el énfasis de la narración y en su finalidad, que siempre es de tipo didáctico o nacionalista, para dar confianza a un pueblo en sí mismo en momentos en que se necesita ardor y seguridad para enfrentarse a una situación nueva y peligrosa.

Por otro lado, a diferencia del mito, que se ocupa de los dioses, la leyenda retrata en general a un héroe humano, como ocurre en el caso de la Iliada y la Odisea, la Eneida o el Cantar de Mio Cid. Son legendarias también las historias que nutrieron muchas novelas de caballería durante la edad media y que han servido de fuente a escritores de épocas posteriores: así ocurre con la leyenda del rey Arturo, con Carlomagno y con el alquimista alemán Fausto.

En la literatura española e hispanoamericana deben destacarse autores como Gustavo Adolfo Bécquer y sus Leyendas, Ricardo Palma y sus Tradiciones peruanas y varias obras del gallego Álvaro Cunqueiro, entre otras Fábulas y leyendas de la mar, Las mocedades de Ulises, Merlín y familia.

Miguel Ángel Asturias en 1925 preparaba en Europa sus Leyendas de Guatemala, en las que recoge tradiciones orales y textos del Popol Vuh tratados desde un estímulo surrealista dominante.

Mito

Un mito es un relato que refiere a acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses, semidioses, héroes o monstruos.

Los mitos forman parte del sistema de creencias de una cultura o de una comunidad, la cual los considera historias verdaderas. Su carácter fantástico ha hecho que algunos consideren que los mitos son mentiras y por ello utilicen ambos términos como sinónimos. Sin embargo, los mitos sólo son entendibles en su contexto.

Para una persona ajena a éste, los mitos de cierto grupo resultarán inentendibles o absurdos. Todos los grupos tienen mitos y ellos se refieren a distintas dimensiones de la vida humana y social. Desde que en la Antigüedad grecolatina las explicaciones filosóficas y científicas entraron en competencia con las míticas, la palabra mito se cargó en ciertos contextos de un valor peyorativo, llegando a utilizarse de forma laxa como sinónimo de patraña, creencia extendida pero falsa, por ejemplo, la sociedad sin clases es un mito comunista, o la mano invisible del mercado es un mito liberal.

También es común el uso un tanto laxo de mito y mítico (o leyenda y legendario) para referirse a personajes históricos o contemporáneos (o incluso a productos comerciales) cargados de prestigio y glamour: Charlot es un mito del cine mudo; los Beatles son un grupo mítico.

El antropólogo Bronislaw Malinowski afirmaba que no hay aspecto importante de la vida que sea ajeno al mito. Por ello, existen mitos religiosos (como el nacimiento de los dioses), políticos (como la fundación de Roma) o sobre temas particulares (por qué el maíz se convirtió en el principal alimento de un pueblo, como sucedió con los pueblos prehispánicos de México).

Características del mito

Según la visión de Lévi-Strauss, antropólogo estructuralista, todo mito tiene tres características:

– trata de una pregunta existencial, referente a la creación de la Tierra, la muerte, el nacimiento y similares.
– está constituido por contrarios irreconciliables: creación contra destrucción, vida frente a muerte, dioses contra hombres o bien contra mal.
– proporciona la reconciliación de esos polos a fin de conjurar nuestra angustia.

Como los demás géneros tradicionales, el mito es de origen oral, cuyos detalles varían en el curso de su transmisión, dando lugar a diferentes versiones.

En las sociedades que conocen la escritura, el mito ha sido objeto de reelaboración literaria, ampliando así su arco de versiones y variantes. Por ello, los mitos no han desaparecido en la época actual, sólo se muestran y transmiten a través de diferentes medios.

Tipos de mitos

Se distinguen varias clases de mitos, los hay de muchas formas:

Mitos Teogónicos: Relatan el origen y la historia de los dioses. A veces, en las sociedades de tipo arcaico, los dioses no son preexistentes al ser humano. Por el contrario, frecuentemente los humanos pueden transformarse en cosas, en animales y en dioses.
Mitos cosmogónicos: Intentan explicar la creación del mundo. Son los más universalmente extendidos y de los que existe mayor cantidad.
Mitos etiológicos: Explican el origen de los seres y de las cosas; intentan dar una explicación a las peculiaridades del presente.
Mitos escatológicos: Son los que intentan explicar el futuro, el fin del mundo; actualmente, en nuestras sociedades aún tienen amplia audiencia. Estos mitos comprenden dos clases principales: los del fin del mundo por el agua, o por el fuego.
Mitos morales: Aparecen en casi todas las sociedades: lucha del bien y del mal, ángeles y demonio, etc. En definitiva, los inventos y las técnicas particularmente importantes para un grupo social dado se hallan sacralizadas en un mito.
Mitos histórico-culturales: Son las creencias de tipo social extendidas vulgarmente entre la población, basadas en una subjetiva interpretación historiográfica; principalmente fundamentada en un malentendido, o en una truncada o parcial transmisión de realidad histórica.