Los monosacáridos de mayor importancia son las hexosas y las pentosas. De las muchas hexosas teóricamente posibles, sólo cinco de ellas se han hallado en estado libre en el reino vegetal, tres de ellas son aldosas (glucosa, manosa y galactosa) y dos cetosas (fructosa y sorbosa):
La glucosa y la fructosa son los únicos monosacáridos presentes en alguna medida en una dieta promedio. Estos azúcares están presentes en la miel en cantidades aproximadamente iguales y en el “jarabe de glucosa” que se utiliza ampliamente por los fabricantes de alimentos para endulzar sus productos.
Como los monosacáridos influyen en la dulzura de los alimentos y las bebidas así como en las propiedades de los productos de repostería y representan una fuente importante de energía, su determinación precisa en los alimentos va siendo cada vez más importante. Para analizar los monosacáridos todavía se utilizan métodos existentes desde hace mucho tiempo que se basan en el empleo del reactivo de Fehling para la valoración de los azúcares reductores totales, o en la rotación óptica, aunque la presencia de otros azúcares reductores desconocidos puede inducir a errores.